El poder de la oración en la iglesia

Me encanta esta declaración de SD Gordon sobre el poder de la oración: “¡Las grandes personas de la tierra hoy son las personas que oran! No me refiero a los que hablan de oración; ni los que dicen creer en la oración; ni los que explican la oración; pero me refiero a aquellos que realmente se toman el tiempo para orar. No tienen tiempo. Debe tomarse de otra cosa. Ese algo más es importante, muy importante y apremiante, pero aún menos importante y apremiante que la oración. Hay personas que ponen la oración en primer lugar y agrupan los otros elementos en el horario de la vida alrededor y después de la oración. Estas son las personas de hoy que están haciendo más para Dios en ganar almas, en resolver problemas, en despertar iglesias, en suministrar hombres y dinero para los puestos misioneros, en mantener frescas y fuertes sus vidas lejos en el servicio sacrificial en el campo extranjero, donde se desarrolla la lucha más intensa, y en mantener la tierra vieja dulce por un poco más de tiempo”.

No dudo que todavía hay poder espiritual en la iglesia de hoy. . Las vidas están siendo transformadas por la predicación del Evangelio. La iglesia todavía está siendo usada por Dios hoy para hacer una diferencia. Pero, ¡hay mucho más que podría estar sucediendo! Cuando miramos a los primeros creyentes en Jerusalén, la diferencia en los niveles de poder es obvia. Todo se reduce a un principio bíblico escrito por Santiago, el hermano de Jesús: “No tienes porque no le pides a Dios” (Santiago 4:2)

A medida que avanzamos hacia el final de la era, la iglesia debe enfrentar el hecho de que es solo a través del poder de Dios que podremos resistir el ataque de la impiedad que vendrá contra nosotros. Por importantes que sean nuestras palabras, por sí solas son y serán insuficientes. El Apóstol Pablo estaba muy preocupado de que aquellos que lo escuchaban no solo escucharan palabras, sino que vieran el poder de Dios obrando. “Mi mensaje y mi predicación no fueron con palabras sabias y persuasivas, sino con demostración del poder del Espíritu” (I Cor.2:4). Cuando la iglesia comience a orar, veremos una vez más esa demostración del poder del Espíritu. “Dios moldea el mundo por medio de la oración. Cuanta más oración haya en el mundo, mejor será el mundo, más poderosas serán las fuerzas contra el mal…” (EM Bounds).

Adaptado de Forgotten Power por David Butts, PrayerShop Publishing 2016.

Este artículo apareció originalmente aquí.