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Hacer que un equipo se autodestruya

Hacer que un equipo se autodestruya

Un equipo que lucha consigo mismo desperdicia una cantidad increíble de tiempo y energía. Cuando un equipo, iglesia o grupo pelea, todos pierden. La energía se desvía de lo que es más importante y se dedica a desgarrarse unos a otros. En lugar de unirse en la misma dirección en torno a la misma misión y valores, el tiempo se desvía hacia las murmuraciones, la política y cuidar la espalda. Por lo tanto, un equipo que está dividido rara vez logrará la misión que dicen que han abrazado. Su falta de confianza los frena y corrompe su cultura. La falta de confianza aplastará la eficacia de un equipo.

Este es un ejemplo del mundo del deporte. Quédate conmigo si no eres fanático de los deportes porque es un gran ejemplo…

Kobe Bryant es conocido como uno de los competidores más despiadados del baloncesto. No solo era extremadamente talentoso y atlético, sino que también se destacó en el estudio del juego y en saber cómo meterse en la cabeza de los jugadores rivales para sacarlos de su juego. Sabía cómo hacer que un equipo se autodestruyera. Confesó que cuando los Lakers jugaban contra un equipo con un tipo que estaba jugando duro para obtener un contrato máximo el próximo año y un tipo que ya tenía el contrato máximo, ponían presión adicional sobre el jugador que estaba trabajando duro para conseguir su contacto. El jugador que estaba luchando en el juego luego se quejaría contra el jugador con el contrato máximo. Kobe dijo, en ese momento, «Los veríamos dividirse». Y Kobe sabía que un equipo dividido no podría ganar.

Nuestro enemigo, Satanás, que ronda como león rugiente buscando a quien devorar, es más despiadado y hábil que Kobe. Y nuestro enemigo despliega las mismas tácticas. Anhela dividir al pueblo de Dios. Si peleamos entre nosotros, no nos enfocamos en nuestra misión. Si peleamos por cosas que no importan, lo que realmente importa recibe menos enfoque y atención.

Un equipo que lucha entre sí nunca es un equipo que lucha por una gran misión. En cambio, es un equipo que se autodestruye.

Este artículo apareció originalmente aquí.