Necesitas caminar a través del quebrantamiento antes de apreciar la gracia
Los jóvenes en estos días están creciendo en un mundo rebosante de oportunidades y opciones. Incluso el dolor se vuelve opcional. Encontramos formas de adormecerlo o evitarlo, pero el quebrantamiento sigue siendo una realidad. Como dice Beth Moore, “Hemos perdido nuestra tolerancia al dolor y nos hemos entregado al lloriqueo.”
Caminando a través del quebrantamiento
La ironía es que el lloriqueo por el dolor retrasa la curación del dolor. Solo al pasar por el dolor dejamos de centrarnos en los síntomas y comenzamos a abordar las causas fundamentales.
La intención de Dios es que vivamos libres, pero tiene un precio. Como aconseja Pablo, “Es absolutamente claro que Dios te ha llamado a una vida libre. Solo asegúrate de no usar esta libertad como una excusa para hacer lo que quieras y destruir tu libertad.” Gálatas 5:13
El mundo que hemos creado está roto, por lo que necesitamos un viaje hacia el quebrantamiento para recuperar la realidad. Necesitamos agotar nuestros propios recursos y declararnos en bancarrota. Necesitamos sentir el vacío si alguna vez deseamos llenarnos.
La única forma en que podemos abdicar del control es si vemos que una vida basada en el control termina en el quebrantamiento.
¿Qué es un padre que ama a su hijo y solo quiere las mejores cosas de la vida para él? Probablemente lo mejor que podemos hacer como padres es permitirles viajar a un lugar donde están en bancarrota y en dolor y caen a los pies de Jesús.
Crecen como miembros de la generación más rica en la historia del mundo y, por supuesto, prefieren aferrarse a sus opciones y recursos hasta el último minuto posible.
Es una lucha tan antigua como el tiempo. Lea el capítulo 5 de Gálatas; en él puede ver que toda una iglesia necesita ayuda. Cualquier otra cosa menos la bancarrota conducirá a la religión. Cualquier oración fácil además de la oración de quebrantamiento y desesperación conducirá a una puerta lateral de manejo del pecado. Debemos caminar con las personas en su quebrantamiento antes de ofrecer la solución de gracia. Si tomamos atajos, simplemente creamos personas religiosas que quieren saber qué más tienen que hacer para agradar a Dios. Es fácil distraerse con la conversación sobre la identidad o la necesidad de generar confianza. Jesús no perdió mucho tiempo en esas conversaciones. Todo lo que quería saber era si estabas listo para venderte y seguirlo. Este artículo apareció originalmente aquí.