¿Deberían ser cosa del pasado los llamados al altar?

Durante generaciones de cristianos, el “llamado al altar” no solo estaba incrustado en la forma en que la gente entendía la iglesia, sino también en la forma en que entendían la conversión. No es anormal preguntar a las personas sobre su experiencia de conversión y recibir una respuesta que incluye «cuando caminé por el pasillo» o «seguí adelante el… (insertar fecha)».

Estas frases describen un llamado al altar mediante el cual un pastor invita a las personas a pasar al frente durante la última parte de un servicio de adoración para reconocer públicamente su lealtad a Jesús y su deseo de tener una relación con él. Para muchos de nosotros, así es como comenzó nuestra relación con Jesús.

Pero no todos los pastores favorecen este enfoque para invitar a las personas a unirse al Reino de Dios. Todd Wagner, el pastor de la Iglesia Watermark, ofrece la siguiente explicación en video de por qué no usa llamados al altar en su iglesia.

Wagner explica que es más fácil de lo que la gente piensa que los oradores manipulen una multitud para responder a cosas como historias conmovedoras, música e iluminación. Los comunicadores pueden compartir historias poderosas que involucren las emociones de las personas, provocando así el deseo de una experiencia espiritual, pero tal vez no el señorío real de Jesús.

Esto no quiere decir que los predicadores no deban buscar la excelencia en la elaboración de sus sermones. y contando buenas historias, ni quiere decir que no se deba invitar a las personas a entrar en una relación con Cristo, pero nunca debemos olvidar que la conversión es, en última instancia, un acto de Dios y no algo que podamos conjurar con la astucia de nuestro discurso. Si alguien viene a Cristo, es únicamente porque Cristo lo llama a sí mismo y esto debería proteger tanto al converso como al predicador de jactarse de su capacidad y justicia propia.

¿Qué piensa usted? ¿Hay momentos en que un llamado al altar es necesario y útil? Mire el video completo para discernir si está de acuerdo con el razonamiento de Wagner o no.