¿Puedo hacer lo que quiera y seguir siendo cristiano?
La gracia y el pecado tienen una relación complicada.
En un sentido, no puedes separarlos. Esto se ve en Romanos 5:20-21 cuando Pablo dice:
Pero donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia, a fin de que como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para da vida eterna por Jesucristo nuestro Señor.
Donde hay pecado, siempre habrá gracia. Cada vez que el pecado levanta su fea cabeza, la gracia de Jesús sube aún más alto como una marea y lo cubre. Cada pecado. Cada vez. No importa lo que hagas.
El problema es que si solo lees estos dos versículos, fácilmente podrías concluir que la gracia debe ser proporcional al pecado. Si cuanto más peco, más gracia recibo, ¿por qué no pecar más y recibir más gracia? Si puedo hacer lo que quiera y aun así ser salvo, ¿por qué no hacer lo que quiera?
¿Por qué no continuar viendo pornografía?
¿Por qué no continuar viviendo egoístamente?
¿Por qué? ¿No continuaré en mis viejos patrones de vida?
Estas son buenas preguntas. Para un incrédulo.
Porque mientras que la gracia significa que puedo hacer absolutamente cualquier cosa que quiera, también significa que lo que quiero ahora está siendo informado por la gracia. Y no solo el pecado.
Mientras que en un sentido no puedes separar la gracia y el pecado, en otro sentido la gracia y el pecado deben estar continuamente separándose el uno del otro. Inmediatamente después de Romanos 5:20-21, Pablo continúa diciendo:
¿Qué, pues, diremos? ¿Seguiremos pecando para que la gracia aumente? ¡De ninguna manera! Morimos al pecado; ¿cómo podemos vivir más en él?
Romanos 6:1-2
Para el creyente que ama a Jesús, la gracia y el pecado deben ser inversamente proporcionales. Cuanta más gracia recibimos, menos debemos querer pecar porque la gracia de Dios nos capacita para vivir para Él. La gracia nunca te llevará a continuar haciendo exactamente aquello de lo que te rescató. La verdadera gracia nunca te llevará a darlo por hecho pisoteándolo.
¿La gracia significa ¿Puedo hacer lo que quiera y seguir siendo cristiano?
Sí.
Pero también significa que no lo haré.