¿Podrías dar tu vida para dar a conocer a Jesús en un área rural oscura?

Esta es una buena pregunta para hacernos. Si bien las estadísticas dicen que un porcentaje cada vez mayor de la población mundial vive en ciudades, eso no significa que todos vivan en ciudades. Mucha gente todavía vive en áreas menos densamente pobladas: el campo, los palos, “las carreteras y los setos”, podríamos decir. Millones, incluso en los Estados Unidos, llaman hogar a esos pueblos pequeños y espacios abiertos que no aparecen en los mapas globales. Y las personas que viven allí, los habitantes de zonas rurales, necesitan el evangelio.

Las tendencias recientes sobre la misión de la iglesia se han centrado de manera útil en la naturaleza estratégica de las ciudades. Siguiendo el paradigma de Pablo para el ministerio, los centros urbanos han resurgido como críticos en los esfuerzos de plantación de iglesias y renovación del evangelio. Pero esto no debe descuidar los contextos más pequeños, no si realmente se trata de promover las buenas nuevas de Jesús.

En este breve video, Jared Wilson, quien se mudó de la bulliciosa metrópolis de Nashville a un pequeño pueblo en Vermont, al contrario de aquellos que piensan que los dones se desperdician en contextos más pequeños, alienta a los jóvenes y parejas a considerar el ministerio en áreas menos notables.