Cómo ofrecer la paz de Jesús a través del dolor de la injusticia

El Señor es refugio para los oprimidos, refugio en tiempos de angustia. – Salmo 9:9

Dios ama la justicia y toda la tierra está llena de Su misericordia (Salmo 33:5). Sin embargo, la gente no siempre piensa o actúa de esta manera. Las personas tienen el libre albedrío de vivir bajo cualquier inclinación que consideren correcta. Y nuestro juicio sobre estas inclinaciones puede estar sesgado hacia el egoísmo e incluso hacia el mal. Las personas corruptas pueden sentirse justificadas al usar fuerza excesiva incluso cuando los hechos no lo requieren. No sé por qué Dios permite que ocurran ciertas injusticias, pero ciertamente no aprueba esos casos.

Dios creó a cada persona en cada nación a lo largo de la tierra a Su propia imagen. Él nos creó con los medios para buscar una relación con Él. Él no está lejos de ninguno de nosotros y permite que las pruebas, las tribulaciones e incluso las injusticias llamen nuestra atención. Cuando prestamos atención a nuestro Creador, anhelamos una relación profunda y amorosa con Él. Y cuando buscamos eso, lo encontramos. Entonces somos hechos justos a los ojos de Dios, no porque hayamos hecho algo, sino porque Él cubrió nuestros pecados con la sangre de Jesús. Entonces tenemos la capacidad de vivir en unidad con las demás personas del planeta (nuestros vecinos).

Con Dios, la unidad y la justicia pura son posibles. Cuando las personas se niegan a mirar a Dios con el respeto que Él merece, inevitablemente se miran a sí mismos. Ahí yace el problema. Cuando nos miramos solo a nosotros mismos, somos fácilmente engañados por los malos caprichos. Pero Dios puede reemplazar nuestros corazones de piedra con corazones nuevos y espíritus nuevos (Ezequiel 36:26). Dios elige renovar a las personas una a la vez porque quiere que esa novedad penetre todo nuestro ser. Una novedad que nos hace más suaves, flexibles y humildes. Hacer actos de injusticia se vuelve cada vez más impensable cuanto más conocemos y amamos a Dios.

Confiar en un Dios justo en medio de la injusticia

Oro por un avivamiento de personas aún más renovadas porque la injusticia y la maldad corre rampante. Las personas son amantes de sí mismas, del dinero, de su propio reflejo, de su carrera y, a menudo, buscan solo lo que les brinda placer. Esta mentalidad, cuando se lleva al extremo, puede conducir a actos atroces de injusticia, e incluso al asesinato.

Sin embargo, no se deje engañar. Dios no puede ser burlado. Todo lo que uno sembrare, eso también segará (Gálatas 6:7).

Dios está siempre en Su trono. Él es siempre soberano. Quien siembra injusticia, cosecha calamidades (Proverbios 22:8).

Podemos y debemos orar para que la justicia de Dios prevalezca en cada situación, pero no podemos quedarnos estancados en nuestra propia versión de esa justicia. Dios sabe mejor qué castigo es mejor en cualquier situación dada. La venganza es suya y solo Él puede manejarla. Cuando intentamos vengarnos, a menudo nos quemamos en el proceso.

¿Qué se supone que debemos hacer? No debemos vengar las injusticias nosotros mismos, pero hay cosas que podemos hacer.

3. Camina humildemente con tu Dios

Cuando aprendemos de Dios, nos volvemos más y más como Él. Empezamos a ver las cosas como Él las ve. Es posible que veamos más injusticias porque nuestra sensibilidad hacia ellas aumentará. Este mundo está tan al revés que no siempre notamos todo el mal hasta que lo vemos desde el punto de vista de Dios. Permanece cerca de Él y de Su Palabra y Él te mostrará lo que está bien y lo que está mal.

Entonces, si mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, se humilla y ora y busca mi rostro y vuélvanse de sus malos caminos, oiré desde los cielos y perdonaré sus pecados y restauraré su tierra. – 2 Crónicas 7:14

Recomendado para ti:

¿Realmente los humanos tienen libre albedrío?

Por qué Todas las razas son amadas y creadas a imagen de Dios

4 grandes razones para no ser daltónico

5 acciones prácticas para buscar la justicia (no el odio) ahora mismo

4 Oraciones por la Unidad de Todos los Pueblos