Cristo murió al pecado y vive para Dios
“La muerte que murió, al pecado murió una vez para siempre,
pero la vida que vive, para Dios” (Romanos 6:10).
¿Cómo se coordinan el pecado y Dios en este texto? Muerto al pecado. Vive para Dios.
El pecado causa la muerte;
Dios causa la vida.
El pecado es el aguijón de la muerte—da a la muerte su eterno horror;
Dios es el manantial de la vida: da a la vida su gloria eterna.
La muerte de Cristo fue infinitamente eficaz para anular las miserias del pecado;
La vida de Cristo es infinitamente eficaz para confirmar los éxtasis de Dios.