Esta es una de las cuestiones fundamentales de los tiempos. Los ministros de todo el mundo se preguntan a sí mismos y entre sí cuál es el curso adecuado que deben seguir en sus esfuerzos por mantenerse al corriente de los tiempos. Muchos están cometiendo el error de ignorar las enseñanzas fundamentales de las Escrituras, y se están dedicando a exponer las teorías de la "Evolución" y «Alta Crítica», que no son más ni menos que formas insidiosas de escepticismo e infidelidad. Cualquier clérigo que proclame estas teorías desde el púlpito, no tiene derecho al título de «Ministro del Evangelio». O es un bribón o un hipócrita si continúa haciéndose pasar por un ministro cristiano, mientras socava la fe de sus oyentes, al proclamar lo que está en oposición directa a las enseñanzas de la Biblia. No es motivo de sorpresa que tan pocas personas asistan a los servicios de la iglesia hoy en día, cuando reflexionamos que muchos clérigos están predicando cualquier cosa menos el Evangelio. El deber de todos los verdaderos cristianos es dar a conocer las maravillosas nuevas de la salvación por medio de Cristo y su Reino venidero que, cuando se establezca en la tierra, resultará en la bendición de toda la raza de la humanidad. El mensaje de la Iglesia al mundo ahora es– "EL REINO DE LOS CIELOS ESTÁ A LA MANO"; ese reino por el cual todos los cristianos sinceros han orado. "Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo."