El pecado imperdonable es un pecado que Dios se niega a perdonar o perdonar–un pecado, por lo tanto, que debe ser castigado, debe ser expiado por el pecador. Sin embargo, puede decirse que hay diferentes grados de pecado imperdonable. Pecado imperdonable es el que se comete contra la luz y el conocimiento. Todos los pecados de debilidad e ignorancia son perdonables, porque Dios ha hecho provisión para el perdón de estos en la muerte de Cristo. Dado que toda nuestra debilidad e ignorancia nos llegó por culpa de nuestro Padre Adán, y dado que Jesús redimió al mundo de esa transgresión y de toda su mancha hereditaria, por lo tanto, todo pecado atribuido a esa caída es un pecado perdonable. Hay, sin embargo, lo que podría llamarse pecados mixtos en los que una medida de obstinación, conocimiento e inteligencia se combinan con una cierta medida de ignorancia y debilidad. Para tales pecados habría perdón en la medida de la debilidad y la ignorancia, pero se requeriría el castigo en la medida del conocimiento y la obstinación. Un pecado voluntario contra la plena luz y el conocimiento sería un pecado contra el espíritu santo de Dios. Tal, cometido a sabiendas, traería al pecador bajo la sentencia del pecado a saber, la Muerte Segunda.