Hay dos resurrecciones mencionadas en las Escrituras: la resurrección de los justos y los injustos. (`Juan 5:28,29`; `Hechos 24:15`.) Los justos o rectos, la Iglesia de Cristo reunida de entre las naciones durante esta era cristiana, experimentarán una resurrección especial. En las Escrituras se hace referencia a esto como el «primero»; o resurrección principal: «Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección». . . éstos serán reyes y sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él mil años.” (`Ap. 20:6`.) Estos reinarán en la tierra (`Ap. 5:10`) sobre el mundo de la humanidad, quienes habrán sido despertados de la tumba por el Señor en Su segunda venida. El objeto de este reinado es resucitar o levantar a la raza caída de la humanidad mediante juicios a una condición de justicia, perfección y vida. Cuando todos los dispuestos y obedientes hayan alcanzado la vida perfecta al final de los mil años, continuarán habitando la tierra por toda la eternidad, porque la tierra habrá sido restaurada a las condiciones edénicas que prevalecían cuando Adán fue puesto en el Jardín. La tierra permanecerá para siempre, como Dios la formó para ser habitada, y Él nos asegura que el lugar de Sus pies será glorioso. La Iglesia experimentará una resurrección a condiciones espirituales celestiales; el mundo, aparte de la Iglesia, debe resucitar a la perfección humana y a la vida.