¿Dios necesita un codeudor?
El testigo en las nubes
Todos sabemos por qué se requiere un codeudor. El banco supone que la persona a la que se le presta el dinero no podrá devolverlo. Su compromiso o capacidad está en duda. En la Biblia, Dios suele jurar por Su propio carácter cuando entra en un pacto, ya que no hay nadie por encima de Él que deba firmar conjuntamente el acuerdo (Hebreos 6:13). Hay una fascinante excepción a esto en el libro de los Salmos. El Salmo 89:35–37 [1] repite el pacto entre Dios y David de 2 Sam 7 con una adición al final que no se encuentra en 2 Sam 7. He puesto en cursiva las frases clave y ordenado los versículos para mostrar su paralelismo , rotulándolos con letras:
A. He jurado por mi Santo;
B. No le mentiré a David.
C. Su descendencia será para siempre
C. Su trono [sus descendientes dinásticos] será como el sol delante de mí.
B. Será [el trono de David] firme para siempre como la luna,
A. Y un testigo en las nubes será fiel.
Dios hace un juramento de pacto a David y promete que los descendientes de David siempre tendrán derecho a sentarse en el trono de Jerusalén. Esta promesa está garantizada por un testigo no identificado en las nubes (el “Santo” de Dios). ¿Por qué Dios necesitaría que alguien fuera testigo de un acuerdo que Él inició? ¿Quién en el cielo (“las nubes”) tiene esa autoridad? Era común en las religiones politeístas del mundo antiguo que los dioses fueran testigos de los acuerdos de pacto hechos por otros dioses. [2] Pero no hay otros dioses en la fe de Israel iguales o superiores al Dios de Israel. Sin embargo, el Salmo 89 requiere un igual a Yahweh que defenderá el pacto. ¿Quién es este testigo en los cielos que será fiel al pacto de la dinastía eterna de David? ¿Quién se asegurará de que la promesa de Dios se cumpla y nunca falle?
El Nuevo Testamento responde estas preguntas en Apocalipsis 1:4-5 (NVI):
Juan les dice a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono, y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra.
Jesús, como hijo de David, ha cumplido el pacto davídico del Sal 89. Ya que el Nuevo Testamento presenta a Jesús como la verdadera deidad encarnada (verdadera Dios en carne), e igual en naturaleza al Dios del Antiguo Testamento, Jesús cumple eternamente el papel de testigo-garante.
[1] Las traducciones al inglés discrepan en este pasaje por razones muy técnicas. Esta es mi propia interpretación literal, aunque la NASB se acerca más a mi traducción.
[2] Para ver ejemplos, consulte MichaelSHeiser.com/Psalm89.pdf
Artículo cortesía de Bible Study Magazine publicado por Logos Bible Software. Cada número de Bible Study Magazine proporciona herramientas y métodos para el estudio de la Biblia, así como también información de personas como John Piper, Beth Moore, Mark Driscoll, Kay Arthur, Randy Alcorn, John MacArthur, Barry Black y más. Hay más información disponible en http://www.biblestudymagazine.com. Publicado originalmente en forma impresa: Copyright Bible Study Magazine (septiembre-octubre de 2009): pág. 41.
Fecha de publicación: 22 de marzo de 2012