El arte y los preciosos límites de la realidad
Aquí está Chesterton sobre la esencia del arte.
El arte es limitación; la esencia de cada imagen es el marco. Si dibujas una jirafa, debes dibujarla con el cuello largo. Si en tu audaz forma creativa te mantienes libre para dibujar una jirafa con un cuello corto, realmente descubrirás que no eres libre para dibujar una jirafa. (Ortodoxia, 71)
Cuando leí esto recordé los pensamientos que tuve al escribir el poema de adviento llamado El tabernero.
Tan pronto pasamos por alto las palabras navideñas: «Herodes… mató a todos los niños varones… de dos años para abajo». Pero el poeta se demora, llorando, furioso, mirando la mancha oscura, con la esperanza de que cualquier rayo de luz se convierta en un portal para el sol. Y lo que ve lo fuerza con palabras para mostrarlo, presionándonos contra la perforación en la pared del dolor.
¿Por qué esta lucha? ¿Por qué el poeta ata su corazón con una disciplina formal tan severa? ¿Por qué esforzarse por dar forma al sufrimiento? Porque la Realidad tiene contornos. Dios es quien es, no lo que deseamos o intentamos que sea. Su Hijo, Jesucristo, es el gran Hecho de granito. Su duro sacrificio hace evidente que nuestra espontaneidad necesita una disciplina calvaria.
Quizá el posadero pagó muy caro albergar al Hijo de Dios. ¿No debería ser costoso penetrar y retratar este dolor? El Tabernero busca revelar la Luz que brilla detrás de este momento brutal de la historia y de nuestro propio camino de sufrimiento. ¡Ven y mira! (3)
Oro para que esta temporada de adviento cada parte de la Gran Historia tenga un nuevo brillo porque es un Hecho de Granito.