Los cristianos son increíblemente ricos. Si estás en Cristo, entonces todas las bendiciones posibles que Dios podría darte son tuyas. La riqueza del cielo no es un premio impersonal otorgado mecánicamente a todos los que creen en Jesús. Es una herencia, un don personal dado por nuestro Padre a aquellos que han nacido de nuevo (1 Pedro 1:3), o adoptado (Efesios 1:5) en su familia a través de la unión con Jesús por la fe. La riqueza de las bendiciones eternas de Dios, dadas a sus santos, fluye en un río de agradecimiento y deleite hacia el gran mar, el propósito de toda la historia creada: la alabanza de la gloriosa gracia de Dios (Efesios 1:6, 12, 14).

Mira el libro es el esfuerzo más reciente de John Piper para ayudar a enseñar a las personas a leer la Biblia por sí mismas. Es una serie continua de videos de 8 a 12 minutos en los que la cámara está en el texto, no en el maestro.

Como parte de esta iniciativa, Deseando a Dios está organizando eventos regionales enfocados en ciertos pasajes de las Escrituras. Esta es la Parte 4 de una serie sobre Efesios llamada «Ver y saborear el esplendor de la gracia soberana de Dios».