Jesús enseñó: "¿No habéis leído que el que los creó desde el principio Los hizo varón y hembra, y dijo: 'Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán uno carne’…Por tanto,lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”. Mateo 19:4-6 (NVI).

La carne natural desea una relación física íntima. Sin embargo, el apóstol Pablo aconseja a los cristianos que, si es posible, es mejor quedarse soltero como estaba. 1 Corintios 7:1,9 (RVR60), “En cuanto a lo que escribisteis: ‘es bueno que el hombre no tenga relaciones sexuales con mujer’… (sin embargo) es mejor casarse que arder de pasión.” 

La mayoría de los cristianos desean el vínculo (heterosexual) del matrimonio. Pablo entiende esta necesidad y continúa su discusión: “Pero por causa de la tentación de la inmoralidad sexual, cada hombre debe tener su propia mujer y cada mujer su propio marido. El marido debe dar a su mujer sus derechos conyugales, y asimismo la mujer a su marido …No os despojéis unos de otros” 1Corintios 7:2-3, 5 (RVR60). 

Pablo usa el matrimonio como una hermosa ilustración de la relación entre Jesús y Su iglesia. Efesios 5:31-32 (NVI), “…los dos serán una sola carne. Este misterio es grande; pero estoy hablando con referencia a Cristo y la iglesia.” Si el matrimonio fuera profano, no sería una imagen apropiada de la relación santa entre Jesús y su novia.

Prohibir el matrimonio entre creyentes es una doctrina de demonios. El apóstol Pablo escribió a Timoteo, “El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos abandonarán la fe y seguirán espíritus engañadores y cosas enseñadas por demonios. Tales enseñanzas provienen de mentirosos hipócritas, cuyas conciencias han sido cauterizadas como con hierro candente. Prohiben casarse…” 1 Timoteo 4:1-3 (NVI). 

Finalmente, los cristianos deben casarse con otros cristianos: “No os unáis en yugo con los incrédulos,” 2 Corintios 6:14. Cuando un hombre cristiano y una mujer cristiana buscan la voluntad del Señor y creen que el Señor está bendiciendo su relación romántica, su vida matrimonial, sirviendo a Dios juntos, puede ser una unión bendecida.