Delatar o denunciar un mal es un problema grave. Todos somos pecadores y estamos agradecidos de que nadie informe todos nuestros errores a los demás. Sin embargo, si un pecado es muy serio, entonces debes sopesar el asunto en tu mente y orar al respecto. ¿El comportamiento pecaminoso dañará seriamente a otros? ¿Están involucrados el robo, el adulterio, la fornicación, la mentira compulsiva o los pecados de liderazgo? En asuntos como estos, puede ser sabio preguntarle a un cristiano mayor y más maduro su perspectiva sobre el tema. Cuando discuta el problema, no use nombres. Pero presente la situación teóricamente y pida una opinión sobre si es necesario o no actuar en consecuencia.

Si siente que es necesario hacer algo, entonces Mateo 18:15-17 es el procedimiento a seguir. seguir. Primero, vaya directamente al pecador y trate de razonar sobre el tema. Si se niega a escuchar, el Señor nos dice que traigamos uno o dos más para discutir el asunto. Finalmente, si todo esto falla, debe ser llevado ante la iglesia.  

Un verdadero amigo sin duda hablará directamente para advertir a sus seres queridos. «Fieles son las heridas del amigo» Proverbios 27:6 Sin embargo, no sería aconsejable entrometerse en los asuntos de otro a menos que ya tengas una relación cercana y de confianza. Podría sonar como un entrometido para el oyente.

Considere el ejemplo de Jesús. Podría haber estado advirtiendo y señalando comportamientos pecaminosos todo el día y la noche. En cambio, pasó su tiempo consolando, animando, bendiciendo, predicando el perdón y sanando. El comportamiento sabio como el de Jesús hará crecer las relaciones amorosas con los demás. Entonces estarás en posición de aconsejar/reprender ocasionalmente a un amigo.