Estar agradecidos por nuestras bendiciones

Es esa época del año cuando pensamos en pavo y aderezo (deja la salsa de arándanos, por favor), una tarde de fútbol y, ¡vaya!, casi se me olvida, estar agradecido.

En el ambiente loco en el que vivimos hoy, es fácil olvidarse de estar agradecido. Los horarios son agitados, las facturas vencen, las demandas crecen; es fácil dejarse llevar por el ritmo y la presión que nos rodea.

Sin embargo, por un momento, haga una pausa y piense en el agradecimiento. Estoy agradecido de haber sido bendecido con una esposa amorosa, que me aguanta incluso cuando no lo merezco; dos hijos adolescentes, que todavía me reclaman incluso cuando los avergüenzo; y un perro que piensa que soy un héroe. (No mencionaré al gato, que se considera superior a todas las almas vivientes de la casa). Sobre todo, he sido bendecido con la gracia de Dios, con un Señor que me ama a pesar de mi pecado y que reside dentro de mí. aunque soy tan, tan indigno.

¿Y tú? ¿Tiene algo por lo que estar agradecido hoy?
¡Bendiciones!
Michael Duduit
MDuduit@SalemPublishing.com
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