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Fundamentos para la predicación

Fundamentos para la predicación

¿Qué es la predicación y por qué la hacemos? Muchos son los artículos, libros y conferencias que tratan sobre la práctica de la predicación. De hecho, yo mismo escribí algunos artículos y pronuncié bastantes conferencias sobre varios aspectos de la preparación y la entrega. También se ha derramado mucha tinta sobre los elementos fundamentales, pero eso es menos emocionante (o rentable). Sin embargo, ninguno de nuestros consejos prácticos o esfuerzo vocacional tendrá mucha importancia si no estamos acertados y resueltos en lo que se refiere a nuestras convicciones subyacentes. Es por eso que decidí escribir un artículo breve (ojalá que sea legible) sobre la teología y la filosofía de la predicación.

Primero, ¿qué Quiero decir con esos términos? Nuestra teología de la predicación es lo que creemos que dice la Biblia acerca de la predicación. Nuestra filosofía tiene que ver con cómo esas creencias se desarrollan en el mundo real, cómo las ponemos en práctica.

Teología
Debido a que este es un artículo breve, permítanme dar cinco verdades básicas y fundamentales que creo que la Biblia enseña acerca de la predicación.
1. La predicación es bíblica. En el Antiguo y Nuevo Testamento, la predicación de algún tipo es el medio principal de Dios para declarar Sus palabras y Su voluntad. Las palabras del Antiguo Testamento para profeta y profecía (nabi y nebuah, respectivamente) provienen de la raíz para “burbujear” o “hervir.” La idea es que las palabras de Dios brotan de la boca del profeta. La palabra más rara, nathaph, traducida como “predicar,” tiene como raíz la idea de “dejar caer” palabras en la dirección de algo o alguien (ver Eze. 20:46; 21:2). El Nuevo Testamento está repleto de predicaciones, usando palabras como kerusso (proclamar o anunciar), katangello (anunciar noticias), euangellizo (anunciar buenas noticias) y parresiazomai (hablar con valentía).

2. La Palabra de Dios es el contenido de la predicación. En 2 Timoteo 4:2, Pablo exhorta solemnemente a Timoteo a “predicar la palabra!”

3 . La predicación debe estar centrada en Cristo. Comparándose con otros predicadores, Pablo le dijo a la iglesia de Corinto que su predicación no estaba llena de “palabras plausibles de sabiduría,” pero que había resuelto “no saber nada…excepto a Jesucristo y éste crucificado” (1 Co. 2:1-5). Posteriormente afirmó que el mensaje que entregó “como de primera importancia” no era otra cosa que el Evangelio (1 Cor. 15:1-5).

4. La predicación debe tratar de glorificar a Dios. No solo vemos a lo largo de las Escrituras que todo debe hacerse para la gloria de Dios (1 Corintios 10:31), sino que Pablo en realidad dice que el mensaje de Cristo es “ el evangelio de la gloria del Dios bendito” (1 Timoteo 1:11). Si estamos predicando el evangelio, el fin último es que Dios sea glorificado.

5. La predicación es un esfuerzo espiritual. Pablo dijo que el evangelio es “poder de Dios para salvación” (Romanos 1:16). También dijo que predicaba el evangelio “con demostración del Espíritu y de poder” (1 Co. 2:1-5); en Efesios 6, pidió oración “para que me sean dadas las palabras al abrir mi boca para proclamar con denuedo el misterio del evangelio.”

Filosofía
Sobre la base de esta teología de la predicación, podemos desarrollar una filosofía de la predicación. En otras palabras, podemos llegar a algunas conclusiones sobre cómo se debe practicar la predicación basándonos en lo que dice la Biblia al respecto.
1. Debido a que la predicación es bíblica, es esencial para la iglesia. Esto significa que la predicación debe practicarse en la iglesia. Además, debido a que la predicación es tan central para la proclamación del evangelio y la gloria de Dios, debe ser el motor principal y el punto focal de la adoración cristiana. Podemos practicar esto cuando le damos a la predicación el lugar que le corresponde en nuestras reuniones.

2. Debido a que la Palabra de Dios es el contenido de la predicación, la predicación expositiva es la mejor. Defino predicación expositiva como la proclamación contextual de un texto dentro de su contexto. Cada sermón debe basarse en un pasaje bíblico, y el significado original de ese pasaje debe ser proclamado, explicado y aplicado. Cualquier predicación que no se derive de un pasaje bíblico no llevará el poder y la autoridad de la Palabra de Dios.

3. Porque la predicación debe ser cristocéntrica; toda predicación debe ser predicación del evangelio. Esto no significa que cada sermón deba ser un pasaje que explique el evangelio, sino que cada pasaje debe ser predicado a la luz del Cristo crucificado y resucitado. No predicamos buenas obras ni buenos consejos. Incluso cuando llamamos a nuestro pueblo a la obediencia y la justicia, debemos hacerlo al anunciar las buenas nuevas de la obra consumada de Cristo a nuestro favor.

4. Debido a que la predicación debe esforzarse por glorificar a Dios, Dios debe ser magnificado. Dios, no el hombre, debe ser el Héroe de cada sermón. Necesitamos hablarle a la gente acerca de Dios, y debemos hacerlo correctamente para que Él se muestre glorioso en todos Sus atributos.

5. Debido a que la predicación es un esfuerzo espiritual, el predicador debe caminar en el Espíritu. Debemos caminar con Dios nosotros mismos, y debemos sumergir todo el trabajo de la predicación, desde la concepción hasta la preparación y la entrega, en oración. Luego, cuando nos pongamos de pie para predicar, debemos confiar en que el Espíritu Santo llevará a cabo la obra de la palabra predicada.

Como dije, este es un breve resumen de una teología y filosofía de la predicación. Sé que se podría decir mucho más, y ciertamente podríamos dedicar mucho tiempo a cómo se resuelve todo esto en nuestros diversos ministerios de predicación. Sin embargo, espero haber dado al menos un punto de partida para pensar y hacer la santa tarea a la que Dios nos ha llamado.

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