John Piper: Lo que Judas, Demas e Himeneo nos muestran sobre Ravi Zacharias
Los cristianos y los líderes de la iglesia continúan luchando con las secuelas del escándalo sexual que ha sacudido el legado de Ravi Zacharias. Algunos, incluidos aquellos que llegaron a la fe a través de sus enseñanzas, dicen que está mal “cancelar” al difunto apologista. Otros comparan el escándalo de Ravi Zacharias con figuras bíblicas como el rey David, quien fue un gran líder religioso a pesar de sus pecados lascivos.
En un nuevo “Pregúntale al pastor John” en DesiringGod.com, el maestro y autor John Piper aborda la situación brindando antecedentes bíblicos y luego compartiendo observaciones personales. Piper dice que ha sido «lento para hablar» sobre el tema, a pesar de recibir muchos correos electrónicos al respecto, porque quería «saber todo lo que debería saber» y «no puede imaginar el dolor» de los seres queridos de Zacharias. Sin embargo, dice que la gente tiene razón al preguntar: «Lo conocías, entonces, ¿cómo estás respondiendo en tu corazón y mente?»
El escándalo de Ravi Zacharias y los 3 ministros del NT
Para el contexto bíblico, Piper habla de tres «ministros del evangelio» en el Nuevo Testamento «quienes, durante un tiempo, hablaron la verdad de manera útil y luego hicieron [un] naufragio de sus vidas, de hecho, de su fe».
- Judas, a quien Jesús llama “hijo de perdición” (Juan 17:12, KJV), era un ladrón y un “ maestro del engaño”, dice Piper. Sin embargo, hasta que traicionó a Jesús, Judas estaba «predicando la verdad» con sus compañeros apóstoles, quienes no sospechaban que algo andaba mal.
- Demas, a quien Pablo se había referido como un compañero fiel, eventualmente se enamoró del mundo (2 Timoteo 4:10) y abandonó a Pablo. Si Paul hubiera cuestionado el trabajo de Demas en algún momento, señala Piper, lo habría enviado a casa. Solo después de la revelación de “los verdaderos colores de Demas”, su amor por “lo que esta era le estaba ofreciendo a través del trabajo religioso”, abandonó el campo misionero.
- Himeneo, Pablo dice, no se aferró a la fe en una “buena conciencia”, lo que le llevó a un “naufragio” espiritual (1 Timoteo 1:18-20). Piper dice: «Una doble vida, vivida en contra de la conciencia cristiana, es un naufragio a punto de ocurrir».
Las lecciones de estos ministros caídos, según Piper, incluyen: «Salvar el alma , la verdad que exalta a Cristo puede ser hablada por hipócritas. Renunciar a una buena conciencia es el preludio del desastre moral. [Y] la acumulación de dinero y la búsqueda de estilos de vida lujosos en el ministerio son las campanas de alarma del amor de esta época”.
John Piper apunta a fingir y Manipulación
Regresando la discusión al escándalo de Ravi Zacharias, Piper hace algunas observaciones sobre el apologista. “La manera de Ravi de narrar públicamente sus experiencias personales pasadas realmente me preocupó”, dice. Recordar encuentros con lo que se suponía que eran citas exactas «me sonaba descuidado en el mejor de los casos y deshonesto en el peor», dice Piper. «Mirando hacia atrás, no puedo evitar preguntarme si fue un síntoma de falta de confianza con la verdad sobre su experiencia».
Más importante, dice Piper, es la «lección que se debe aprender de la manipulación de personas por parte de Ravi». ”, a saber, la necesidad de que la simpatía esté “atada a la verdad”. Zacharias, dice, fue capaz de «manipular a las personas para que le proporcionaran estimulación sexual pecaminosamente» al presentarse a sí mismo como «un guerrero asediado, agobiado y herido en la justa causa del evangelio«.
Piper dice que ha visto ese tipo de “demanda y manipulación de simpatía sin ataduras repetidamente entre los líderes cristianos caídos” y que la respuesta de la gente debería ser “Mi simpatía no está a la venta; está ligado a la verdad y la justicia”.
A las personas “que vinieron a Cristo bajo el ministerio de Ravi, o que vieron su fe poderosamente fortalecida por lo que él enseñó”, dice Piper, “ no permitan que las imperfecciones y los fracasos de los hombres los aparten de las perfecciones y los triunfos de Cristo, quien nunca, nunca les fallará”.
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