Nuestro noveno nieto nació el viernes: Morrow John Piper. El día estuvo lleno de evidencias de la ternura de Dios hacia nosotros. Así que pregunto con el salmista: «¿Qué pagaré al Señor por todos sus beneficios para conmigo?»

El salmista responde: «Levantaré la copa de salvación e invocaré el nombre del Señor». (Salmos 116:12-13).

El hecho de la llamada define el significado de la copa. La copa se levanta para otro llenado. ¡Más, Señor, más! ¡Muestra tu Ser inagotable! Lo que quiere decir que Dios será más glorificado en Morrow y en mí si seguimos invocándolo como el único Tesoro que satisface todas nuestras vidas.

Así que mi “regreso” al Señor por este niño es proponerme que todos los días, mientras tenga la capacidad mental, clamaré al Señor para que Morrow atesore a Cristo por encima de todo, y que el Señor me haga más semejante a Cristo para que pueda señalar a Morrow al Original que todo lo satisface, una promesa que hago a todos mis nietos en la tierra.

Echamos de menos a su hermana mayor. Pero descansa en el Salmo 30:5.

Aunque el llanto se demore en la noche
Y la oscuridad profundice el dolor,
La felicidad espera al Amanecer
Y la alegría llega al Mañana.