En el sermón de la semana pasada sobre Juan 9:1-23, John Piper hace esta audaz declaración:
Jesús dice que el propósito de la ceguera es exhibir la obra de Dios. Esto significa que para que nuestro sufrimiento tenga un significado último, Dios debe ser sumamente valioso para nosotros. Más valioso que la salud y la vida.
Pero, ¿y si el sufrimiento intenso le está pasando a su hijo? ¿Puede Dios realmente ser más valioso para un padre que un niño saludable? ¿Es posible que la discapacidad tenga un propósito?
Greg y Kim Lucas nos responden esa pregunta con un rotundo ¡sí! Y su profundo amor por Jesús les ha dado una capacidad cada vez mayor amar a su hijo con múltiples discapacidades.
Para obtener más información sobre su historia, recomiendo El libro de Greg, Luchando con un ángel: una historia de amor, discapacidad y las lecciones de la gracia. Cambiará su forma de pensar acerca de la discapacidad, Dios y la realidad de su gracia infinita.