La iluminación no sustituye al estudio
En el libro Predicación: cómo predicar bíblicamente (Thomas Nelson), John MacArthur escribe: “La iluminación es la obra del Espíritu Santo que abre los ojos espirituales para comprender el significado de la Palabra de Dios. Se trata del predicador de la Escritura y su audiencia. La revelación objetiva e históricamente pasada de Dios en las Escrituras no puede entenderse con precisión aparte de la obra presente, personal y subjetiva del Espíritu Santo. Iluminación, que se aplica solo a los creyentes, es simplemente la obra continua del Espíritu Santo mediante la cual Él provoca una comprensión iluminada de la doctrina y cómo debe aplicarse a la vida…
“La iluminación no elimina la necesidad de un estudio bíblico diligente. ‘La iluminación del Espíritu no es un sustituto de una reunión de oración para el arduo trabajo de aprender hebreo y griego y usar los léxicos estándar, comentarios y otros materiales de investigación.’ (Bernard Ramm) Por un lado, Pablo animó a Timoteo a que ‘el Señor te dará entendimiento en todo’ (2 Timoteo 2:7). Luego exhortó a Timoteo a ‘Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad’ (2 Timoteo 2:15).
“Esto debe ser notado especialmente por los predicadores. ‘El intérprete bíblico no puede esperar a que le caigan rayos. Debe estudiar, leer y esforzarse para estar en condiciones de recibir la iluminación del Espíritu. No es suficiente abrir la boca y esperar que Dios la llene a las 11:00 de la mañana del domingo. (Wilber T. Dayton) Pablo enseñó que los ancianos que se esforzaban en predicar y enseñar eran dignos de doble honor (1 Timoteo 5:17). Demasiados predicadores suben al púlpito sin la preparación adecuada para dividir correctamente la Palabra. Tienen buenas razones para estar avergonzados.” (Haga clic aquí para obtener más información sobre el libro Predicación).