La vieja mentira que afecta nuestra imagen corporal hoy

No conozco a una sola mujer que esté contenta con su cuerpo. Siempre hay algo de nosotros mismos que queremos cambiar, ¿no es así?

Nuestra altura, nuestro color de pelo, nuestros dientes, nuestras pecas o la falta de ellas, la forma de nuestra cara, nuestro color de piel, nuestra celulitis y estrías, el tamaño de nuestro pecho, nuestro peso o medidas… realmente nunca termina. Y justo cuando pensamos que tenemos un «área problemática» de nuestro cuerpo «bajo control», encontramos algo más con lo que obsesionarnos y tratamos de «arreglarlo».