Lo que Jesús hizo con la muerte
Así como está establecido que el hombre muera una sola vez, y después el juicio, así Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, no para ocuparse del pecado, sino para salvar a los que ansiosamente le esperan. (Hebreos 9:27–28)
El La muerte de Jesús lleva los pecados. Este es el corazón mismo del cristianismo, y el corazón del evangelio, y el corazón de la gran obra de redención de Dios en el mundo. Cuando Cristo murió cargó con los pecados. Él tomó pecados que no eran suyos. Él sufrió por los pecados que otros habían cometido, para que ellos pudieran ser libres de pecados.
Esta es la respuesta al mayor problema de tu vida, ya sea que lo sientas como el problema principal o no. Hay una respuesta a cómo podemos estar bien con Dios a pesar de ser pecadores. La respuesta es que la muerte de Cristo es una ofrenda “para llevar los pecados de muchos”. Él levantó nuestros pecados y los llevó a la cruz y allí murió la muerte que nosotros merecíamos morir.
Ahora, ¿qué significa esto para mi muerte? “Está establecido [para mí] que muera una sola vez”. Significa que mi muerte ya no es punitiva. Mi muerte ya no es un castigo por el pecado. Mi pecado ha sido llevado. Mi pecado es “quitado” por la muerte de Cristo. Cristo tomó el castigo.
¿Por qué entonces muero? Porque Dios quiere que la muerte permanezca en el mundo por ahora, incluso entre sus propios hijos, como un testimonio permanente del horror extremo del pecado. En nuestra muerte todavía manifestamos los efectos externos del pecado en el mundo.
Pero la muerte para los hijos de Dios ya no es su ira contra ellos. Se ha convertido en nuestra entrada a la salvación, no a la condenación.