Mi feliz confesión de no tener ningún mérito
Esta es mi confesión:
Nací en una familia creyente sin ningún mérito propio.
Se me dio una mente para pensar y un corazón para sentir sin ningún mérito propio.
Fui llevado a escuchar el evangelio sin ningún mérito propio .
Mi rebelión fue sofocada, mi dureza removida, mi ceguera superada y mi muerte despertada sin ningún mérito propio.
Así que me convertí en un creyente en Cristo sin mérito propio en absoluto.
Así que soy heredero de Dios con Cristo sin ningún mérito propio en absoluto.
Ahora bien, cuando me esfuerzo por agradar al Señor quien me compró, esto no es para mí ningún mérito, porque
…no soy yo, sino la gracia de Dios que está conmigo. (1 Corintios 15:10)
…Dios está obrando en mí lo que es agradable delante de él. (Hebreos 13:21)
…todo propósito de bien lo cumple con su poder. (2 Tesalonicenses 1:11)
Por tanto, no hay motivo para gloriarme en mí mismo, sino en la poderosa gracia de Dios.
El que se gloría, gloríese en el Señor. (1 Corintios 1:31)