Esta Escritura está en conformidad con el testimonio unido de las enseñanzas de todos los Profetas y Apóstoles a los efecto de que el día del juicio del mundo, o el tiempo de la prueba, no es en esta era cristiana actual, sino que todavía es futura "Dios ha señalado un día (el día de mil años" 2 Ped. 3 :8`) en el cual juzgará al mundo con justicia." (`Hechos 17:31`.) Aquellos que, en asociación con Cristo, juzgarán al mundo en misericordia, justicia y amor, ahora están siendo calificados para ese alto cargo, al haber desarrollado en ellos caracteres santos, semejantes a los de Cristo. Estos «santos», que han aprendido a amar a su prójimo como a sí mismos, y que incluso aman a sus enemigos, son los que, en la era futura, ofrecerán todo incentivo al mundo de la humanidad para entrar en armonía con los requisitos de gracia de la Ley Divina del amor y la justicia y reciban la vida eterna. El hecho de que los seguidores de Cristo no estén juzgando ahora prueba de manera concluyente que el mundo no está siendo juzgado por la vida eterna en este momento. El día del juicio, en lugar de ser un tiempo de terror, angustia y tristeza, está representado en las Escrituras como un tiempo especial de gozo y alegría para el mundo.–`Psa. 96.`