Pastor: ¿Estás exasperando a tus hijos espirituales?

La angustia de los adolescentes existe por muchas razones: el despertar de las hormonas, la colisión de responsabilidades emergentes y dependencia continua, y el hecho de que muchos padres y madres simplemente no saben cómo empoderar a sus hijos e hijas en la edad adulta. Puede ponerse desagradable. Los sentimientos se lastiman. A veces durante años. Todos terminan en consejería. Se dedican décadas a «procesar». Las personas terminan viviendo atrapadas en otro tiempo, mientras evitan el presente y, como resultado, un ciclo de frustración y fracaso se multiplica en otra generación desprevenida.

Este ciclo no sucede solo en casa. Está sucediendo ahora mismo en las iglesias de todas partes. Hace un par de semanas escribí una publicación llamada Cigarrillos y cuero negro, esencialmente llamando a los artistas y creativos a «honrar a sus madres y padres». Se ha extraído demasiado arte de la fuente de la rebelión y la reacción. El resultado es que una generación tras otra se emborracha cada vez más con la independencia, una ruptura que requiere que el avance se produzca a costa de las relaciones.

“Padres, no exasperen a sus hijos”

Creo que es maravilloso que “honre a su padre y a su madre” y “los padres no exasperen a sus hijos” están escritos en el mismo pasaje. Curiosamente, sin embargo, casi nunca escuchas a nadie citar esto último.

Hay mucha creatividad ahogada en la iglesia porque los padres están asfixiando a los niños hasta la muerte. Como una bolsa de plástico sostenida sobre la cabeza, muchos padres (léase pastores) están controlando la vida fuera de la iglesia, la mayoría de las veces en nombre de la «visión».

Esta es una de las principales razones por las que la iglesia aún no ha tomado el lugar que le corresponde como fuente de todo lo que es hermoso y apremiante: tenemos padres que creen que la “paternidad” es lograr que todos los hijos hagan lo que quieren que se haga (trabajar hacia su visión singular). Eso no es paternidad en absoluto. Es desalentador y finalmente dividirá la casa.

Los verdaderos padres capacitan a sus hijos para vivir su propio llamado único ante Dios. Los verdaderos padres trabajan para construir una cultura familiar en la que las personas puedan realizar todo tipo de actividades y expresiones sin tener que volverse rebeldes y «ser la oveja negra». Los verdaderos padres quieren que sus hijos e hijas vayan y hagan grandes cosas, incluso cosas más grandes de las que jamás pudieron ir y hacer. Los verdaderos padres no compiten con sus hijos, los animan. Sin embargo, me encuentro regularmente con pastores que se sienten amenazados por las ideas, las habilidades y el poder que poseen sus hijos. Sin duda, gran parte de este tipo de inseguridad es el resultado de pastores que están bajo presión para actuar, hacer iglesias más grandes, ¡o ser despedidos! Pero esa es otra discusión para otro día.

Estoy bien versado en todos los aspectos de esto porque soy compositor, fui líder de alabanza y ahora soy pastor/padre… ¡y todos mis hijos son más talentosos que yo! Esto no es algo que suceda “allá afuera” en “otras iglesias”, esto es algo en lo que el Señor también me está desafiando constantemente.

Pastores, padres, madres, suéltense un poco. Remodelar la visión. Liderar la iglesia se trata mucho más de ser padre y madre que simplemente decirle a la gente qué hacer y asegurarse de que todo esté en línea con su única y singular visión de vida. Saquemos las bolsas de plástico de las cabezas de nuestros hijos. esto …