De la lectura de este capítulo, es evidente que «estas cosas», a que se refiere el Apóstol, son las cosas relativas a los tres mundos y a los tres cielos de que estaba escribiendo. En `2 Cor. 12:1-4`, el Apóstol Pablo relata cómo el Señor le había dado visiones y revelaciones especiales, y entre éstas estaba una vista del «tercer cielo», y de «paraíso». Este fue un atisbo de "los nuevos cielos y la nueva tierra" mencionado en el `verso 13 de este capítulo`. A San Pablo no se le permitió dar los detalles de lo que le había sido revelado, sin embargo, estas revelaciones influyeron en todos sus escritos y le hicieron dar expresiones que eran difíciles de entender, pero que, a la luz de los acontecimientos posteriores. , ahora se revelan claramente al estudiante sincero y ferviente de las Escrituras. Ahora se ve que los "incultos e inestables" han arrancado muchas de las declaraciones del Apóstol de su verdadera conexión y significado, Escrituras que se aplican a «los nuevos cielos y la nueva tierra» han sido distorsionados y torcidos de diversas maneras de su verdadera aplicación y asignados por la fuerza a «los cielos que existen ahora» y «este presente siglo malo». Como ilustración de esto: el Apóstol explica que “Dios ha señalado un día (un día de mil años–`2 Ped. 3:8`) en el cual juzgará al mundo con justicia" (`Hechos 17:31`), sin embargo, muchos han aplicado mal esta declaración y han declarado que el mundo está en juicio (siendo juzgado) en este momento.