Por qué aprender a superar una ofensa es lo mejor para ti

Hace años, trabajé con un director de fotografía altamente capacitado. Francamente, era brillante y tenía un ojo asombroso. Pero años antes había sido estafado financieramente por un productor. Era una cantidad significativa de dinero, y estaba devastado. Pero el problema fue que a partir de ese momento miró todo a través de esa lente. Era de lo único que hablaba en el plató. Lo mencionó en cada conversación. Estaba obsesionado y no podía superarlo. Como resultado, la gente dejó de contratarlo porque, francamente, se cansaron de escuchar sobre eso.

En otro caso, la esposa de un hombre lo dejó después de solo unos años de matrimonio. Él también estaba devastado y consumía cada conversación. No podía mantener un trabajo y ahuyentó a la mayoría de sus amigos, porque se convirtió en una obsesión que duró décadas.

Cuando estaba comenzando la universidad, mi propio padre fue despedido de su trabajo como el pastor de una iglesia. Fue diseñado por un anciano al que no le gustaba que predicara sobre el Espíritu Santo. Mi padre fue gravemente agraviado, pero no podía dejarlo pasar. Aunque siguió adelante en el ministerio y fundó nuevas iglesias, no podía dejar de obsesionarse con el incidente. Casi cuatro décadas después, cuando fui a visitarlo literalmente en su lecho de muerte, fue lo primero que quiso discutir.

Podría compartir muchos más ejemplos, pero el punto es, lo que sea que esté mal , la frustración o la ofensa que has experimentado no deben convertirse en el lente a través del cual ves todo lo demás.

El hecho de que te hayan aprovechado económicamente no significa que todos se aprovecharán de ti.
Porque una persona te decepcionó no significa que todos los demás lo harán.
Porque tuviste una mala experiencia en una iglesia local, no significa que la Iglesia corporativa haya fallado.

No soy un consejero, pero sé que cuando te aferras a esa herida y dolor y lo conviertes en el punto central de tu vida, nunca lo superarás.

Las personas han experimentado niveles terribles de abuso, negligencia y más, y aun así pudieron mirar hacia adelante y seguir adelante con sus vidas. De eso se trata la “resiliencia”. Aferrarse al dolor solo eleva a la persona que te ofendió o se aprovechó.

Tu vida es más importante y valiosa que eso. Déjalo en manos de Dios y sigue adelante.

Este artículo apareció originalmente aquí y se usa con permiso.