Jesús dijo a Pilato: “Para esto he nacido y para esto he venido el mundo, para dar testimonio de la verdad.Todo el que es de la verdad oye mi voz”. Entonces Pilato preguntó: “¿Qué es la verdad?” (Juan 18:37-38) Cuando observas toda la variedad de interpretaciones de la Palabra de Dios, ¿cómo sabes cuál es la verdad? Esto también trae a la mente el cuento popular de “Los ciegos y el elefante” por John Godfrey Saxe (1816-1887). En el poema, cada ciego tocó una parte diferente del elefante (cola, costado, trompa, etc.) y creyó que todo el elefante era como esa pequeña característica anatómica. La última estrofa dice:

“Y así estos hombres de Indostán
Discutieron fuerte y largamente,
Cada uno en su propia opinión
Excesivamente rígidos y fuertes,
Aunque cada uno tenía parte de razón,
¡Y todos estaban en lo malo!

Las Escrituras nos enseñan cómo buscar por la verdad Dios nos anima a venir y “razonar juntos” (Isaías 1:18), y a estudiar para mostrarnos aprobados “manejando bien la palabra de verdad” (II Timoteo 2:15). Dios promete Él revelará Sus verdades profundas con la ayuda de Su Espíritu Santo, “Porque ¿quién ha conocido la mente del Señor para que pueda instruirlo? Pero nosotros tenemos la mente de Cristo”. (I Corintios 2:7-16). Con todas estas cosas en mente, ¿cómo puede haber todavía tantas diferencias?

En II Tesalonicenses 2, el apóstol Pablo declara el “misterio de la iniquidad” ya estaba obrando en su día, y muchos estaban siendo engañados por falsas doctrinas. Estaba tratando de advertir a las iglesias contra tales engaños. Sabemos que la verdad y el error existen entre muchos cristianos hoy. Es solo cuando usamos la fórmula de Dios (ofreciéndole su corazón sincero (Proverbios 23:26), recibiendo la filiación y el engendramiento espiritual de Dios, siendo guiados por Su espíritu (Romanos 8:14-17)) que Él nos guiará a toda la verdad. Seremos santificados por ella (Juan 16:13; Juan 17:17). Debe haber y hay un “así dice el Señor” para cada pregunta, y la Biblia es armoniosa y verdadera, con un plan coherente para todos y aclarado (Habacuc 2) para aquellos que realmente lo buscan. Que todos continuemos escudriñándolo mientras nos revela su maravilloso carácter y sus planes.