Dios seleccionó a Juan el Bautista para un propósito especial – para profetizar que el Mesías vendría y que la humanidad se arrepentiría.  La Biblia no dice por qué no se perdonó la vida de Juan el Bautista, pero podemos razonar que su muerte fue según la voluntad y el plan de Dios.  Sabemos que Jesús fue capaz de proteger a Juan, pero nunca haría algo en contra dela voluntad de Dios.  En el caso de Su propia vida, Jesús dijo que podía llamar a un ejército de ángeles para que lo protegieran (Mateo 26:53-54). Por supuesto, esta no era la voluntad del Padre Celestial.  Jesús necesitaba ser un sacrificio voluntario para servir como rescate y quitar los pecados del mundo.

Podemos concluir algo similar en el caso de Juan el Bautista.  Ciertamente, Jesús tenía la capacidad de llamar a legiones de ángeles o usar medios milagrosos para salvar a Juan.  Sin embargo, eso no era parte del plan de Dios. 

Una mejor pregunta puede ser, ¿cuál fue el propósito de Dios para la vida de Juan el Bautista? Él estaba destinado a profetizar la venida del Mesías y guiar al pueblo judío hacia Él (Jesús).  Como resultado de la muerte de Juan, algunos de sus seguidores vinieron a seguir a Jesús – ciertamente esto era parte del plan que Dios tenía en mente, ya que no habría duda de que Jesús era el Mesías y que Juan era el profeta final para indicar a sus hermanos judíos que siguieran a Jesús.  Fue el último de los profetas, y pensamos que estará incluido entre aquellos fieles a quienes se les da una mejor resurrección (Hebreos 11:35).