El Espíritu Santo de Dios es el poder santo y la influencia de Dios. En el Nuevo Testamento, se hace referencia al Espíritu Santo con muchos nombres y cada nombre explica un aspecto diferente de este gran poder. Por ejemplo: el Espíritu de verdad (Juan 16:13), el Espíritu de fe (2 Corintios 4:13), el Espíritu de santidad (Romanos 1:4), el Espíritu de dominio propio (2 Timoteo 1:7) y el Espíritu de amor describen las operaciones del poder de Dios en Sus hijos.
Algunas traducciones de la Biblia le dan al Espíritu Santo el carácter de una persona, por ejemplo, la Versión Amplificada tiene a Jesús hablando a Sus Apóstoles, «Jesús dijo que todavía tengo muchas cosas que deciros, pero no podéis llevarlas, ni tomarlas sobre vosotros, ni asirlas ahora. Pero cuando venga Él, el espíritu de la Verdad (el espíritu que da la Verdad), Él os guiará a toda la Verdad(toda, toda la Verdad). Porque Él no hablará Su propio mensaje (sobre Su propia autoridad); pero lo que oiga (del Padre; dará el mensaje que le ha sido dado), El os lo anunciará y declarará lo que ha de venir (lo que sucederá en el futuro).» Juan 16:12, 13 Biblia Amplificada
En estos versículos, la palabra para “Él” en griego es la palabra “heautou” y puede traducirse en género masculino, femenino o neutro. Así, “Él” o “Eso” no hace referencia a una persona, sino al Espíritu Santo de Dios (de poder e influencia). Es solo por la dirección de Dios que el Cuerpo de Cristo llega al conocimiento y entendimiento de toda Verdad.
Al leer Hechos 2:2,3 se hace evidente que el El espíritu no es una persona sino un poder asombroso e invisible. "De repente vino del cielo un sonido como de una ráfaga de viento fuerte que soplaba y llenaba toda la casa donde estaban sentados. Y se les aparecieron lenguas que parecían de fuego… Fueron todos llenos del Espíritu Santo.” Weymouth
Si queremos ser usados por Dios, debemos buscar ser guiados por Él. Aprendemos a escuchar Su voz a través de las Escrituras y debemos darnos cuenta de su poder energizante a través del Espíritu de la Verdad. Esto no significa que siempre entenderemos por completo cada versículo de la Biblia o profecía, pero sin el Espíritu Santo, el Espíritu de la Verdad, nunca tendremos ni siquiera la oportunidad de conocer la Verdad.