¿Qué es el hombre? ¿Es mitad espiritual y mitad carnal, o es enteramente un ser humano o terrenal?
No se encuentra una sola expresión en las Escrituras en la que se afirme que el hombre fue creado en algún sentido como un ser espiritual. Por el contrario, la Biblia afirma claramente que el hombre es de «la tierra terrenal», que fue formado del polvo de la tierra y que el aliento de vida fue insuflado en sus narices y se convirtió en un alma viviente. (`1 Cor. 15:45-47`; `Gen. 2:7`.) La expresión bíblica, «Y el espíritu vuelve a Dios que lo dio», tiene referencia al principio de vida o chispa de vida que el Señor impartió a Adán cuando fue creado del polvo de la tierra. Este soplo de vida es el principio activo que hace al ser viviente y al ser removido del cuerpo regresa al Creador que es la fuente o manantial de toda vida. El salmista declara que el hombre fue creado un poco menor que los ángeles, el más bajo de los seres espirituales. El hombre es el más alto de los animales o seres terrenales, y en los arreglos divinos iba a ser el soberano o monarca sobre el reino terrenal teniendo dominio sobre las bestias del campo y los peces del mar y las aves del aire. En vista de esta clara enseñanza de la Biblia sobre este asunto, podemos entender las palabras de nuestro Señor y Sus Apóstoles de que uno debe ser engendrado del espíritu santo para tener una existencia espiritual en cualquier sentido. El Señor Jesús fue el primero en desarrollarse como nueva criatura espiritual, desde la condición carnal o terrenal. Aunque era un hombre perfecto, leemos que fue perfeccionado a través de los sufrimientos (`Heb. 2:10`) como una «nueva criatura» espiritual; «Siendo, a la verdad, muertos en la carne, pero vivificados en espíritu». (`1 Ped.3:18` –Diaglot.)