Por Aaron Earls

La teología de muchos estadounidenses, y algunos evangélicos, pertenece a una galaxia muy, muy lejana. Ven a Dios más como una fuerza, como lo que se representa en Star Wars, que como una persona.

Los teólogos distinguen a una persona como alguien con características tales como una personalidad, la capacidad de forman relaciones y una voluntad, mientras que una fuerza es impersonal como la gravedad.

Según Pew Research, un tercio de los adultos estadounidenses dicen que no creen en un Dios personal de la Biblia, sino en un poder superior o fuerza espiritual en el universo.

Más de la mitad (53 por ciento) de los «ningunos», los no afiliados a una religión, creen en un poder superior o fuerza espiritual.

Los jóvenes son más propensos a creer en un Dios impersonal. Casi 4 de cada 10 adultos estadounidenses menores de 30 años (39 por ciento) dicen que creen en un poder superior. Solo un poco más (43 por ciento) dice creer en Dios como se describe en la Biblia.

Cuanto mayor es la gente, más probable es que crean en un Dios personal versus una fuerza. Entre los mayores de 65 años, el 65 % dice creer en Dios como se describe en la Biblia, mientras que solo el 26 % dice creer en un poder superior o fuerza espiritual.

La educación también juega un papel en la probabilidad de que alguien es creer en una fuerza espiritual. El treinta y ocho por ciento de los graduados universitarios y el 36 por ciento de los que tienen algo de universidad dicen que eso describe su teología. Solo una cuarta parte de los que tienen la escuela secundaria o menos dicen lo mismo.

Lifeway Research encontró que los estadounidenses están particularmente confundidos acerca de la naturaleza del Espíritu Santo. Más de la mitad (56 por ciento) dice que Él es una fuerza en lugar de una persona.

No hay diferencia entre todos los estadounidenses y los evangélicos en su actitud hacia el Espíritu Santo. A pesar de que el 97 por ciento de los evangélicos creen que Dios existe en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, el 56 por ciento cree que el Espíritu Santo es una fuerza.

Ver estos números no es necesariamente sorprendente para Nathan Finn, decano de la facultad de teología y misiones de Union University en Jackson, Tennessee.

Él dice que el lenguaje bíblico de «espíritu» podría confundir a algunas personas que han estado en contextos en los que faltaba una enseñanza clara sobre la persona y la obra del Espíritu Santo.

“Es un gran misterio que el Espíritu sea tanto un espíritu como una persona, por lo que es comprensible que tantos estén confundidos por esta verdad”, dijo. “Esta es una razón más por la que debemos ser diligentes en cuanto a la enseñanza clara sobre el Espíritu”.

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