¿Qué nos diría John Stott después de nuestra conferencia sobre Misiones?
Creo que algo como esto:
El motivo misionero más elevado no es la obediencia a la Gran Comisión (por importante que sea), ni el amor por pecadores enajenados y pereciendo (por fuerte que sea ese incentivo, especialmente cuando contemplamos la ira de Dios), sino celo —celo ardiente y apasionado— por la gloria de Jesucristo. . . . Sólo un imperialismo es cristiano. . . y eso es preocupación por Su Majestad Imperial Jesucristo, y por la gloria de su imperio.
John Stott, Romans: God's Good News for the World (Downers Grover, IL: InterVarsity Press, 1994), 53.