¿Qué pasó con Judas? (¿Y hay alguna posibilidad de que termine en el cielo?)

“¡Ay del hombre que entrega al Hijo del Hombre! Más le valdría no haber nacido”, Marcos 14:21.

“Si no nacieres de nuevo, llegará el día en que desearás no haber nacido jamás, ” Warren Wiersbe.

Quizás el lugar para comenzar es al final de la historia. Ahora es temprano en la mañana del viernes en Jerusalén, en algún momento entre la medianoche y el amanecer, y los judíos han terminado con Jesús. Han tenido su corte canguro con sus cargos falsos y sus falsos testigos. Anás ha tenido una ronda con Jesús y también Caifás. Su veredicto es claro: este hombre es un blasfemo que merece morir. La asamblea de líderes religiosos se dispuso a llevar a Jesús ante Pilato, el gobernador romano. Él es el único que puede ordenar que Jesús sea ejecutado.

Hay movimiento, ruido y repiqueteo mientras el grupo avanza por la ladera rocosa hacia el pretorio dentro de la antigua ciudad amurallada. En las sombras, un hombre, ahora olvidado, observa, con el rostro tenso, los ojos hinchados y la cabeza ligeramente inclinada. Ha sido una noche larga, la más larga de su vida. ¿Cuántas horas han pasado desde aquella comida en el Aposento Alto? Seis, tal vez siete, ¿quién sabe? Después de irse, fue directamente a los principales sacerdotes para hacer los arreglos finales. Luego estaba el corto paseo en la oscuridad por el valle de Cedrón y por la ladera boscosa del Monte de los Olivos. Todo el asunto no había durado ni cinco minutos. Solo un borrón, unas pocas palabras, un beso, algunos comentarios enojados de Pedro y los demás, luego arrestaron a Jesús y se lo llevaron.