Marcos 4:9-12 (LBLA): “… ‘El que tenga oídos para oír, que oiga’ Y tan pronto como estuvo solo, sus seguidores, junto con los doce, comenzaron a preguntarle sobre las parábolas… ‘A vosotros se os ha dado el misterio del reino de Dios; pero los que están afuera todo lo obtienen en parábolas, para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan, no sea que vuelvan y sean perdonados.’ ” (Véase también Mateo 13:10-15.)

El versículo 12 es una cita de Isaías 6:9-10. Dios instruyó a Isaías para que le dijera a Israel que porque no lo escucharían ni lo obedecerían, serían desechados del favor de Dios.  Israel estaba ciego a las providencias y leyes de Dios. Seguían otros dioses y las costumbres de otras personas. Por lo tanto, ya no recibirían Su favor.

El Apóstol Pablo también predicó con este pasaje de Isaías en Romanos 11:8.  Dijo que el fracaso de Israel en aceptar a Jesús como su Mesías fue profetizado. Esto explicaba por qué el mensaje de salvación salió a los gentiles.  Israel como nación perdió el privilegio de la promesa celestial (aunque los judíos individuales se convirtieron en seguidores y discípulos).

El pensamiento judío estaba tan empeñado en hacer obras bajo su Pacto de la Ley que la mayoría de ellos no vieron ni entendieron el mensaje de Jesús, que debemos vivir de acuerdo con el espíritu de la Ley de Dios.  Implica un cambio dentro de nuestros corazones.

Por lo tanto, el texto de Isaías que Jesús citó estaba dirigido específicamente a su audiencia judía. ¿Israel iba a ser desechado para siempre? ¡No! En el último versículo de Isaías 6, se hace referencia a un tocón de árbol que quedó en el suelo. La implicación es que en un momento posterior, brotaría de nuevo: el favor volvería a Israel. ¡Hoy, Israel se ha restablecido como nación!

Además, la promesa continúa en Romanos 11:26-32 (NVI):  “Y así todo Israel será salvo, como está escrito: ‘El libertador vendrá de Sión; apartará de Jacob la impiedad.  Y este es mi pacto con ellos cuando quite sus pecados.’  …  ellos también ahora se han vuelto desobedientes para que ellos también puedan ahora recibir misericordia como resultado de la misericordia de Dios hacia ti. Porque Dios ha obligado a todos los hombres a la desobediencia para tener misericordia de todos ellos.”