Hay mucha confusión de pensamiento con respecto a este asunto. Muchos están dispuestos a expresar mal el asunto diciendo que tienen un alma en lugar de decir que son un alma. ¡Hay una diferencia considerable entre tener una vaca y ser una vaca! Todos los seres vivos son almas desde el punto de vista de las Escrituras. (`Gen.1:20-30`. Margen.) Cuando el padre Adán desobedeció al Señor, no fue su cuerpo, el polvo de la tierra el que pecó. Tampoco fue el principio energizante, el aliento de vida, lo que pecó. Pero fue Adán mismo, el ser inteligente viviente, el alma, quien pecó. Por lo tanto, fue el alma la que murió, como declaran las Escrituras: «El alma que pecare, esa morirá». (`Ezequiel 18:4`). En la resurrección, es el alma la que ha de ser resucitada. "No dejarás mi alma en el Hades–el sepulcro"–fue dicho de nuestro Señor Jesús.