Puede ser difícil de entender, pero nadie hizo a Dios.

Salmos dice: “Antes que nacieran los montes, y tú engendraras el mundo entero, desde la eternidad y hasta la eternidad, tú eres Dios”. “Eterno” significa que Dios siempre estuvo allí. Ha existido desde siempre. No tuvo principio y no tiene fin. Como seres humanos imperfectos, nuestros cerebros tienen dificultades para comprender las cosas espirituales.

¡Sabemos que Dios creó la tierra, los animales, los humanos y el universo entero!

Salmos 121: 2 dice: “Mi socorro viene del Señor, Hacedor del cielo y de la tierra”.

Hebreos 3:4 dice: “Porque toda casa es edificada por alguno, pero Dios es el constructor de todas las cosas”.

Dios nunca cambia, por lo que siempre podemos confiar en Él y depender de Él y de Su palabra.

Santiago 1:17 dice: “Todo don bueno y perfecto desciende del Padre que creó todas las lumbreras en los cielos. Él es siempre el mismo y nunca hace sombras oscuras al cambiar.”

También sabemos que Dios tiene cuatro cualidades principales: SABIDURÍA, JUSTICIA, AMOR Y PODER.

Dios es muy sabio. Él ve todas las cosas y sabe todas las cosas. Él es «justo» o equitativo. Es amoroso y misericordioso. Él es poderoso y fuerte.

Hablando de Dios y todo lo que Él es, Isaías 40:28 dice: “¿No lo sabes? ¿No has oído? El SEÑOR es el Dios eterno, Creador de la tierra. Nunca se cansa ni se cansa; su sabiduría no se puede medir.”

Entonces, ¿quién hizo a Dios? ¡Nadie! Es difícil de entender para nuestros cerebros humanos imperfectos, pero Él siempre estuvo ahí, y siempre lo estará.

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