Cuando Dios creó a Adán y Eva, fueron creados a Su imagen. (Génesis 1:26, 27). Tenían las leyes perfectas de Dios de amor y justicia escritas en sus corazones. El Apóstol Pablo explica que toda la humanidad (incluyendo a los gentiles) distinguen el bien del mal. “Ciertamente, cuando los gentiles, que no tienen la ley (Ley de Mosaico), hacen por naturaleza las cosas requeridas por la ley, ellos son ley para sí mismos, aunque no tengan la ley. Muestran que las exigencias de la ley están escritas en sus corazones, dando testimonio también sus conciencias…” Romanos 2:14-15 (NVI).  ​

Jesús explicó que la ley de Dios mandaba a todos los hombres a “…amar al Señor tu Dios con todo tu corazón , y con toda tu alma, y ​​con toda tu mente, y con todas tus fuerzas: este es el primer mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo,” Marcos 12:29-31. Nadie puede amar a Dios y a los hombres y cometer ninguno de los pecados mencionados en la pregunta. ​

Efesios 5:1-5 (NVI ), “Seguid el ejemplo de Dios, pues, como hijos muy amados y andad por el camino del amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda fragante y strong>sacrificio a Dios. Pero entre vosotros no debe haber ni siquiera un asomo de inmoralidad sexual, o de cualquier clase de impureza o de codicia, porque estos son impropios para el pueblo santo de Dios. Tampoco debe haber obscenidades, tonterías o bromas groseras, que están fuera de lugar, sino acción de gracias. Porque de esto podéis estar seguros: Ningún inmoral, impuro o avaro –tal persona es un idólatra–tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.”