Si una persona ha llevado una vida pecaminosa y ha contribuido a hacer que otros pequen, ¿sería posible que esa persona fuera completamente perdonada y todos sus pecados pasados cancelados si se arrepintiera y pidiera al Señor que los perdone?
No debería haber dudas en la mente de nadie sobre este punto. Las Escrituras abundan en expresiones en las que se exponen el amor divino y la compasión de Dios, el Padre Celestial. El gran Creador del Universo sacrificó a Su amado Hijo, el Señor Jesucristo, para redimir al mundo y reconciliarlo consigo mismo. Aquellos, por lo tanto, que acepten al Señor Jesús como su Salvador, creyendo que Él por la gracia de Dios gustó la muerte por cada hombre, estos son perdonados gratuitamente por todas sus iniquidades pasadas. El Apóstol Pablo, antes de su conversión al cristianismo, se opuso amargamente a la causa de Cristo y anduvo persiguiendo a los seguidores del Maestro, encarcelándolos y disponiendo que algunos fueran ejecutados. Recordemos que consintió en la muerte de Esteban, el primer mártir. Sin embargo, con todo esto, el Señor lo perdonó gratuitamente. Tenga en cuenta las siguientes Escrituras como evidencia del perdón total y completo de todos aquellos que están verdaderamente arrepentidos y que desean acercarse a Dios a través de Cristo (`Isa. 1:18`; `Sal. 103:10-14`; `Hechos 26:18`; `Efesios 1:7`; `Col. 1:14`).