Filipenses 2:8-9

Y estando en la condición humana, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre

¿Qué significó que Jesús se humillara? Simplemente debemos admitir que esto está más allá de nosotros.

El Señor de la Gloria entró en la creación

Por supuesto que fue una humillación para el Señor de la gloria, quien creó todas las cosas,1 convertirse en parte de la creación. Se hizo “por un poco de tiempo menor que los ángeles”2 y vivió 30 años sin que nadie lo reconociera excepto unos pocos. Sabemos que “ni aun sus hermanos creían en él.”3

Más que eso, vivió sin pecado4 en un mundo lleno de pecado. Si Lot estaba angustiado por lo que presenció en Sodoma5, imagina lo que sería ser el Hijo puro de Dios viviendo en un mundo gobernado por el Maligno6. Con razón era un varón de dolores7.

Fue rechazado por los hombres

Más que eso, cuando salió públicamente, fue “despreciado y rechazado por los hombres”8 —por su propio pueblo.9 Incluso sus más cercanos seguidores no entendieron realmente su misión,10 y cuando llegó su hora, uno lo traicionó,11 otro lo negó,12 y todos lo abandonaron.13

Pero esta no fue la profundidad de su humillación.

Se convirtió en pecado por nosotros

El momento de mayor humildad fue cuando Jesús, que no conoció pecado, fue hecho pecado por nosotros.14 Este Santo, que sólo había hecho lo que agradaba al Padre,15 tomó sobre sí todo nuestro pecado profano y cargó con el todo el peso del desagrado iracundo del Padre que debería haber caído sobre nosotros.16

Afortunadamente, nunca sabremos Vea por experiencia lo que le costó a Jesús humillarse de esta manera. Pero siendo preeminente en todas las cosas17, se mostró supremamente humilde. Y humillándose supremamente bajo la poderosa mano de su Padre, todos nos regocijaremos en la justa gloria del Padre exaltando a su Hijo sobre todos los demás.18