¿Por qué el sexo fuera del matrimonio es tan destructivo? Tim Keller ofrece ideas convincentes.
Pocas personas dudarían de que nuestros deseos sexuales pueden ser extremadamente poderosos. A ese deseo se suma una cultura circundante que satisface nuestros deseos sexuales en prácticamente todos los frentes. La ética cristiana de abstenerse de tener relaciones sexuales hasta el matrimonio es una de sus formas de vida más singulares y, sin embargo, más difíciles. ¿Cómo algo tan natural y poderoso puede estar tan mal fuera del matrimonio? El pastor Tim Keller de Redeemer Presbyterian ofrece esta breve perspectiva en el siguiente video.
El sexo fuera del matrimonio, según Keller, es una forma de recibir satisfacción y placer, pero en realidad no es una entrega de uno mismo. El sexo es adictivo y, como todas las adicciones, cuanto más lo practiques, menos recompensa habrá. El sexo entonces se vuelve menos poderoso y por lo tanto menos placentero. Sin embargo, el sexo dentro del matrimonio se vuelve más dulce y poderoso porque en este contexto se trata más de dar que de recibir. Incluso a medida que las parejas casadas envejecen (y puede que no se vean tan bien como cuando eran más jóvenes), el sexo sigue siendo poderoso porque no ha sido devaluado dentro del matrimonio. El sexo dentro del matrimonio es una poderosa declaración de compromiso exclusivo y fidelidad a la otra persona.