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Los deseos del mismo sexo y la orientación hacia el mismo sexo son parte de nuestra sexualidad rota y desordenada, debido a la sujeción de Dios del orden creado a la vanidad debido al pecado del hombre. En Génesis 2, leemos sobre el momento catastrófico cuando el primer hombre y la primera mujer se rebelaron contra Dios. Y los efectos sobre ellos, y sobre el mundo, se revelan para nosotros en Génesis 2–3, y luego se ilustran en el resto del Antiguo Testamento empapado de pecado y plagado de muerte, de hecho, toda la historia.
El apóstol Pablo da la interpretación clave de lo que sucedió allí y su efecto en nosotros. Esta es su palabra clave de Romanos 8:20–21: “La creación fue sujetada a vanidad”. Esta es la respuesta de Dios a la rebelión humana. “La creación fue sujetada a vanidad, no voluntariamente, sino por causa de aquel que la sujetó, en esperanza.” Así que este es Dios quien hizo esto. El diablo no lo sujetó con esperanza. Dios maldijo la creación. Leemos eso en Génesis 3. Lo sometió “en la esperanza de que la creación misma sea liberada de su servidumbre de corrupción y obtenga la libertad de la gloria de los hijos de Dios”.
“Todos nosotros somos quebrantados – sin excepciones. Todo el mundo está desordenado.
Y luego, quizás uno de los versículos más importantes de la Biblia para mi comprensión de casi todo lo que enfrento en el quebrantamiento de mi vida, mi matrimonio, mis hijos, esta iglesia, este mundo: Romanos 8:23. El punto de Romanos 8:23 es que Pablo está mirando a los romanos a la cara, por así decirlo, quienes están a punto de responderle: “Oh, sí, la maldición cayó sobre el mundo y toda la creación fue sujetada, pero hemos sido redimidos.” Y aquí está su respuesta a eso: “Y no sólo la creación, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente mientras esperamos ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestros cuerpos”. Ese es un verso importante.
Ahora, estoy argumentando que los deseos del mismo sexo y la orientación hacia el mismo sexo están en esa categoría de gemidos: esperando «la redención de nuestros cuerpos». Lo que significa que están en la misma amplia categoría con todo tipo de cuerpos, mentes y emociones desordenadas. Si tratáramos de hacer una lista de todos los tipos de quebrantos emocionales, mentales y físicos en la familia humana, la lista sería interminable.
Y todos nosotros estamos quebrantados, sin excepciones. Todo el mundo está desordenado. Estamos desordenados de diferentes maneras. Todos ustedes, sin excepción, todos ustedes, están inclinados a desear cosas que no deberían desear. Todos ustedes. Y yo podría documentar la mía. Todavía no hemos llegado al comportamiento.
Todos tenemos desorden en nuestras emociones, y desorden en nuestra mente, y desorden en nuestro cuerpo, y gemimos. Gemimos por el daño que causamos, esperando y esperando nuestra adopción final, plena y completa: la redención de todo nuestro cuerpo, cerebro, emociones, voluntad.
Esto exige que se hagan distinciones muy, muy cuidadosas. hecho, para que no lastimes a las personas o te lastimes a ti mismo innecesariamente. Todos los desórdenes, todos los quebrantos, tienen sus raíces en el pecado: el pecado original.
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