Transcripción de audio

Tenemos un enemigo sobrenatural. Esto me ha conmovido porque en mis preparativos me encontré, nuevamente, con ese viejo versículo cerca del final de 1 Juan que dice que el mundo entero está bajo el poder del maligno. Me golpeó como nunca antes, que el mundo está absolutamente indefenso contra el diablo. Tienen cero defensas contra el poder sobrenatural del diablo, y él los odia. Odia el matrimonio, odia a la gente, odia a Dios, odia las iglesias, te odia a ti.

Sin la palabra de Dios, no tenemos defensa. ¡Ninguna! ¿Crees eso? ¡Ninguna! Se le llama “el dios de este mundo” por una razón (2 Corintios 4:4). Él gobierna absolutamente excepto donde la providencia de Dios lo restringe, y oh, créanme, la providencia de Dios lo está restringiendo a lo grande, en todas partes. Nadie sabe de qué misericordia gozan cuando sale el sol, o esta tierra nuestra aguanta un día más.

1 Juan 5:19, “El mundo entero está bajo el poder del diablo.” Pero escuche esta gloriosa declaración alternativa de 1 Juan 2:14: “Os escribo a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno”. Ahora, ¿cuál es la conexión allí? No es solo para los hombres a los que esto se aplica, simplemente él les escribe a los hombres.

Funciona en ambos sentidos porque el problema es la palabra. Leelo de nuevo. “Os escribo, jóvenes” — os escribo Belén — “porque sois fuertes” — ¿Cómo sois fuertes? ¿En ti mismo? ¿Contra el diablo? De ninguna manera, “porque eres fuerte, y la palabra de Dios permanece en ti, y has vencido al maligno”.

Así vencemos. Cuando la palabra de Dios permanece en nosotros, es la palabra de Dios que da vida y vence al diablo. Es nuestra única esperanza.

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