A veces escribo poemas para nuestro aniversario. A veces en nuestro aniversario. Esta la escribí en nuestro aniversario, el 21 de diciembre. Aborda la cuestión de dónde se puede encontrar la certeza y la seguridad en este desconcertante, desconocido y frágil mundo.

El puente y el río
Un poema sobre nuestro 43.º aniversario

Cuento al menos dos mil triángulos grises
en el puente de dos carriles que une Wisconsin
con la ciudad

donde nos sentamos junto a una chimenea de gas,
celebraron nuestro cuadragésimo tercer aniversario de bodas,
comieron nuestros rollitos de pavo, jugaron al scrabble,
y hablaron, con cautela, de los años venideros.

Puede ser el doble, cuatro mil, si permiten
los rayos paralelos que forman los lados de la mayoría,
y si cuentan los cientos ocultos
que se me han escapado.

Junto al fuego leímos y oramos
a lo largo de los cuatro capítulos finales,
con la esperanza de que nuestra fe se fortaleciera.
Hebreos es bueno para salir sin saber adónde .
Apenas sabíamos, cuando comenzamos esta vida de casados,
Y ahora sabemos aún menos, a dónde nos llevará.

Los ángulos del puente, ángulo sobre ángulo,
mantienen muy por encima del río, y hacen posible
navegar con seguridad sobre corrientes sin forma y que nunca descansan,
desde Stillwater hasta Houlton.

Leer, orar, leer orar,
leer, orar, de ida y vuelta entre nosotros,
no como un péndulo; tal vez más como
los colimbos de apareamiento, irregulares, indefinidos,
demorados por las lágrimas.

Los ángulos agudos e inflexibles
sostienen un camino sólido, recto, de cemento,
seguro y en su lugar adecuado, predecible,
incluso en la oscuridad.

Tal vez una hora, tal vez más,
cabezas inclinadas sobre hijos,
nueras, nietos, hija,
todas las corrientes fluyendo, fluyendo, desapareciendo
alrededor de promontorios .

Pero en las poderosas juntas
que hacen que los ángulos sean firmes,
hay herrumbre.
Y esta gran estructura,
esta seguridad inquebrantable sobre el río,
descansa sobre seis pilares de piedra,
donde las moléculas de fuerza son grabadas
día y noche por corrientes incesantes,
incluso debajo del hielo sólido.

“Que el matrimonio sea tenido en honor,
que el lecho conyugal sea inmaculado,
libre del amor al dinero.
Nunca te dejaré ni te desampararé.”
¿Oyes esto, Noël?
Esta es la voz misma de Dios.
La voz de Dios para nosotros, Noël.
Dios, el hacedor de ángulos y pilares
y corrientes y promontorios.

– John Piper