Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
2:10 — «hechura suya», 2:15; 4:24; 2Co 5:17. Otra vez se refiere al poder creador de Dios, el mismo poder que creó el universo (3:9). — «de antemano», Rom 9:23. El plan de Dios con respecto al plan de salvación es eterno (compárense 1:4,11 y 3:10,11); y las buenas obras son una parte integral de este plan eterno de Dios.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
porque somos hechura suya. Deu 32:6; Sal 100:3; Sal 138:8; Isa 19:25; Isa 29:23; Isa 43:21; Isa 44:21; Isa 60:21; Isa 61:3; Jer 31:33; Jer 32:39, Jer 32:40; Jua 3:3-6, Jua 3:21; 1Co 3:9; 2Co 5:5, 2Co 5:17; Flp 1:6; Flp 2:13; Heb 13:21.
creados en Cristo Jesús. Efe 4:24; Sal 51:10; 2Co 5:17; Gál 6:15; Col 3:10.
para buenas obras. Mat 5:16; Hch 9:36; 2Co 9:8; Col 1:10; 2Ts 2:17; 1Ti 2:10; 1Ti 5:10, 1Ti 5:25; 1Ti 6:18; 2Ti 2:21; 2Ti 3:17; Tit 2:7, Tit 2:14; Tit 3:1, Tit 3:8, Tit 3:14; Heb 10:24; Heb 13:21; 1Pe 2:12.
las cuales Dios preparó de antemano. Efe 1:4; Rom 8:29.
para que anduviésemos en ellas. Efe 2:2; Efe 4:1; Deu 5:33; Sal 81:13; Sal 119:3; Isa 2:3-5; Hch 9:31; Rom 8:1; 1Jn 1:7; 1Jn 2:6.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
creados en … para buenas obras. Las buenas obras no pueden producir salvación pero son su resultado subsiguiente y constituyen frutos y evidencias de ella, producidos en el poder de Dios (cp. Jua 15:8; Flp 2:12-13; 2Ti 3:17; Tit 2:14; Stg 2:16-26). las cuales Dios preparó de antemano. Al igual que su salvación, la santificación de un creyente y las buenas obras que debía hacer fueron ordenadas antes de que comenzara el tiempo (vea las notas sobre Rom 8:29-30).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
2:10 — «hechura suya», 2:15; 4:24; 2Co 5:17. Otra vez se refiere al poder creador de Dios, el mismo poder que creó el universo (3:9).
— «de antemano», Rom 9:23. El plan de Dios con respecto al plan de salvación es eterno (compárense 1:4,11 y 3:10,11); y las buenas obras son una parte integral de este plan eterno de Dios.
— «anduviésemos en ellas», en contraste con 2:1-3, «anduvisteis en delitos y pecados». Que la práctica de «buenas obras» sea la regla de nuestra vida, de nuestro modo de vivir, como el pecado lo era cuando vivíamos en el mundo. De esta manera seremos «por la gracia» no hijos de la ira, sino hijos de Dios e hijos de la resurrección (Luc 20:36).
Fuente: Notas Reeves-Partain
Remata la idea anterior y usa dos verbos que nuevamente subrayan la autoría divina en nuestra salvación. El primero afirma que somos hechura (gr. poema) suya. Dios es el artista, hacedor, artesano que ha confeccionado la iglesia.
El segundo participio griego, es también pasivo, para acentuar así el hecho de que la acción fue hecha a nuestro favor sin la mínima intervención nuestra. Pero todavía más importante y significativo es que el verbo que Pablo usa es un verbo que en el lenguaje bíblico se reserva exclusivamente para Dios: creados. Por ello, la TLA es muy acertada al traducir: «Nosotros somos creación de Dios». La LPD reitera aún más la idea al traducir así: «Nosotros somos creación suya: fimos creados en Cristo Jesús». DHH dice: «él nos ha creado en Cristo Jesús». La mayoría de las versiones dicen: creados en Cristo Jesús (BJ, NVI, NBE, BP, BNM).
Sólo Dios es el Creador. Este es el lenguaje que describe la obra creadora de Dios en el principio y que ahora realiza en las primicias de su nueva creación, la iglesia. Ello nos permite discernir la envergadura que con el uso de este verbo se le confiere a nuestra salvación. No es ni más ni menos que una nueva creación.
Si bien es cierto que la enseñanza del pasaje apunta al hecho de que nuestra salvación es gratuita e inmerecida, también debemos mantener en mente su sentido comunitario. Dios está creando una nueva humanidad, un nuevo ser humano (Efe 4:24), que no es fruto del ingenio, esfuerzo y poderío político-militar de una nación o de un imperio. No tiene que ver con la Pax Romana. Es “creación” de Dios, es fruto de la Pax Christi (Efe 2:11-22). Ello no anula la colaboración de su pueblo, de hecho la hace indispensable, como cuerpo del Mesías Jesús (lo cual veremos en los capítulos Efe 3:1-21; Efe 4:1-32; Efe 5:1-33; Efe 6:1-24).
De hecho, esta nota es la que cierra el pasaje: creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas. El fuerte carácter ético de la misión de la iglesia se pone de relieve con este texto. La novedad de la “nueva creación”, del “poema de Dios”, radica en sus buenas obras. Este será el tema en particular de los capítulos Efe 4:1-32 al Efe 6:1-24, pero ya se señala en la siguiente perícopa (Efe 2:11-22).
Esa nueva creación se realizó en Cristo Jesús. La NBE expresa esta idea muy bien: «Somos realmente hechura suya, creados, mediante el Mesías Jesús, para hacer el bien». También la TLA ha logrado resaltar lo que significa estar en Cristo, al traducir así el versículo: «Por nuestra unión con Jesucristo, nos creó para que vivamos haciendo el bien».
La expresión final es difícil. ¿Qué significa que Dios preparó de antemano esas buenas obras para que anduviéramos en ellas/«las pongamos en práctica» (NVI)? La TLA ofrece una buena interpretación: «Por nuestra unión con Jesucristo, nos creó para que vivamos haciendo el bien, lo cual Dios ya había planeado desde antes». DHH también nos da una buena alternativa: «para que hagamos buenas obras, siguiendo el camino que él nos había preparado de antemano».
Una indicación del sentido de esta expresión se encuentra en Efe 1:4 donde se dice que «desde antes de crear el mundo, Dios nos eligió por medio de Cristo para que fuéramos sólo de él y viviéramos sin pecado». Ya de “antemano” Dios tenía en mente que viviéramos santamente delante de él. La NBE dice: «creados para hacer el bien que Dios nos asignó de antemano como línea de conducta». BP modifica la idea y dice: «para realizar las buenas acciones que Dios nos había asignado como tarea».
En todos los casos, la idea fundamental es la misma. El propósito eterno de Dios con respecto a nosotros tiene un claro carácter ético. Si antes andábamos siguiendo una conducta perversa, obedeciendo a las fuerzas de maldad (Efe 2:2-3), ahora debemos responder al designio eterno de Dios y “andar (Efe 2:10 –mismo verbo peripateoEfe 2:2) de acuerdo al camino que él nos asignó”. A ello hará alusión el autor en Cnt 4:1.
Reflexión bíblica y pastoral
Para hacer claro que la manifestación del poder de Dios en nosotros, como antes en Jesús, fue extraordinaria, el autor nos recuerda aquellos poderes (mundo, diablo y carne) a los cuales estábamos esclavizados y que dominaban nuestra vida, caracterizada así por la rebeldía y heredera legítima de la ira de Dios.
En ese oscuro trasfondo, brilla la gracia y amor abundantes de Dios en favor nuestro. Dios nos dio vida, nos resucitó e hizo sentar con Cristo en los lugares celestiales. Su propósito fue el mostrar a todas las generaciones su gracia abundante, tal y como se hace evidente en las buenas obras de la iglesia. Esta se constituye así en las primicias de la nueva creación; es el poema que muestra la belleza, orden y armonía de su shalom, hecho realidad ahora por medio del Mesías Jesús.
Este es el lugar en la carta donde se “define” la gracia y poder de Dios hacia nosotros. En el elogio a Dios, con el cual abre la carta, su gracia y amor son celebrados y señalados como la causa única de nuestra redención (Efe 1:2, Efe 1:4, Efe 1:5, Efe 1:6, Efe 1:7, Efe 1:8).
Es por ello que Pablo ora para que Dios abra nuestros ojos a fin de que apreciemos y reconozcamos plenamente lo que Dios ha hecho, hace y seguirá haciendo por nosotros. Esa petición se complementa con la revelación de nuestra pasada condición, de la cual fuimos rescatados por el poder supremo de Dios y su gracia inefable. Su gracia y su poder se han ya manifestado en nosotros y deben ser evidentes incluso a la humanidad. Ese es nuestro privilegio y llamado en el mundo. Así nuestro pasaje va dando sustento y fundamento a las exhortaciones que vendrán en los caps. Efe 4:1-32 al Efe 6:1-24.
La iglesia debe aprender a interpretar su realidad cultural y social con los ojos de la fe. Su cosmovisión debe ajustarse a la de Dios a fin de tener claro entendimiento de las tremendas fuerzas que dominan la existencia humana. Fuerzas personales, estructurales y demoníacas.
En ese contexto, la iglesia debe entenderse como la manifestación “aquí y ahora” del poder del Espíritu y de la gracia inefable de Dios. La iglesia es el poema de Dios, la nueva creación que Dios ya está haciendo ahora y que está llamada a ser un nuevo paradigma social, político y cultural por su estilo de vida, conforme a los valores y visión del Reino, del cual somos las primicias.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Gál 6:15; Tit 2:14.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
v 89 2Co 5:5
w 90 Gál 6:15
x 91 Efe 1:4
y 92 Col 1:10
z 93 Efe 1:5
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
hechura suya. El creyente es una nueva creación (2 Co 5:17), creado por Dios y para su gloria.
buenas obras. La salvación no es por obras (vers. 9), pero se hace evidente por las buenas obras que son fruto de la salvación (Stg 2:18).
Fuente: La Biblia de las Américas
10 (1) La palabra griega, póiema, significa aquello que ha sido hecho, una obra de artesanía, o algo que ha sido escrito o compuesto como poema. No sólo un escrito poético puede considerarse un poema, sino también cualquier obra de arte que exprese la sabiduría y propósito del autor. Nosotros, la iglesia, la obra maestra de todo lo que ha hecho Dios, somos un poema que expresa la sabiduría infinita de Dios y Su propósito divino.
Los cielos, la tierra y el hombre creados por Dios, no son Su obra maestra; en realidad, la obra maestra de Dios es la iglesia, el Cuerpo de Cristo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo (1:23), el nuevo hombre que es corporativo y universal (v.15). Hemos sido salvos por gracia para ser la obra maestra de Dios a fin de que andemos en las buenas obras que Dios preparó de antemano.
10 (2) Nosotros, la iglesia, la obra maestra entre las obras de Dios, somos una entidad completamente nueva en el universo, algo nuevo inventado por Dios. Dios nos creó en Cristo por medio de la regeneración para que fuésemos Su nueva creación ( 2Co_5:17).
10 (3) Las buenas obras para las cuales Dios nos creó no son las que se consideran buenas según el concepto general que tenemos, sino las buenas acciones específicas que Dios planeó y ordenó de antemano para que anduviéramos en ellas. Estas buenas cosas deben de referirse a hacer Su voluntad, para vivir la vida de la iglesia y ser el testimonio de Jesús, como se revela en los capítulos siguientes de este libro.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
para obras buenas… Gr. epí érgois agathoís… Alusión a seguir las pisadas de Cristo → 1Pe 2:21.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
R505 Ἐπί tiene la idea de meta o propósito: para buenas obras.
R681 La posición de αὐτοῦ indica que el pronombre es enfático: nosotros somos su hechura (no nuestra).