Significado Bíblico de HORA
Significado de Hora
Ver Concordancia
(heb. sha{âh; gr. hora).
En tiempos antiguos, la 12ª parte del período de luz diurna (Jn. 11:9; cf Mt.
20:1-12), por lo que la longitud de la hora variaba algo de acuerdo con las 564
estaciones, quizá calculada en forma aproximada mirando al sol; por cierto,
para los propósitos corrientes no se medía el tiempo con exactitud. Pero ya en
los días de Isaías los hebreos tenían evidentemente algún método para saber la
hora mediante la sombra que arroja el sol, porque la señal milagrosa otorgada a
Ezequías fue el movimiento hacia atrás de la sombra en el «reloj»* de Acaz (o
en las gradas de la escalera que llevaba a la cámara de Acaz; 2 R. 20:11). En
Egipto ya existían relojes de agua que indicaban la hora del día por la
cantidad del líquido que había salido por una abertura cuidadosamente medida.
Las escalas, que diferían de acuerdo con los meses del año, compensaban la
diferencia de longitud de las horas (fig 429). Véase Día (2).
Horario simplificado que muestra la relación de las horas judías y romanas con
las modernas. Para una mayor explicación acerca de las horas y las vigilias del
día y de la noche, véanse Día; Noche.
Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: HORA
HORA según la Biblia: (a) Un periodo indefinido, en el que el término tiempo daría el mismo sentido: «La hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre» (Jn. 4:21).
Este término se usa en las Escrituras con diversos significados.
(a) Un periodo indefinido, en el que el término tiempo daría el mismo sentido: «La hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre» (Jn. 4:21).
(b) Un punto determinado en el tiempo, pudiéndose usar «instante» o «en el acto» como sinónimos: «Y la mujer fue salva desde aquella hora» (Mt. 9:22).
(c) La división del día en doce horas, que por lo general se considera desde la salida hasta la puesta del sol. Esto variaba en Palestina desde diez de nuestro cómputo en el invierno hasta catorce en verano, de manera que las horas de verano eran casi la mitad más prolongadas que las del invierno.
Las horas en las Escrituras se cuentan por lo general como desde las 6 de la madrugada hasta las 6 de la tarde, lo que hace que la hora tercera se corresponda con las 9 de la mañana; la hora sexta con las doce del mediodía; la hora novena con las 3 de la tarde, etc.
Esta correspondencia es aplicable a todas las horas mencionadas en el NT excepto en el Evangelio de Juan. Este evangelista seguía el cómputo romano, de medianoche a medianoche.
Esto da explicación a la dificultad que se halla en Jn. 19:4, que registra que el juicio estaba en marcha en la hora sexta, en tanto que en Mr. 15:25 se dice «era la hora tercera cuando le crucificaron».
Una comparación de todos los pasajes muestra que el juicio tuvo comienzo a una hora muy temprana, y las 6 de la mañana en nuestro cómputo se ajusta bien; y la crucifixión a las 9 de la mañana, la hora tercera de los judíos, concuerda con Marcos.
Las otras horas concretas mencionadas en Juan se hallan en Jn. 1:39; 4:6, 52, 53, y nuestro cómputo de tiempo concuerda bien con todas estas menciones.