Significado Bíblico de NOE
Significado de Noe
Ver Concordancia
(heb. Nôaj, «descanso [reposo]» o «consuelo [consolación]»; gr. Noé).
En Gn. 5:29 se explica el nombre como si en hebreo estuviera relacionado con
una palabra que suena parecida, nâjam, «consolar»; probablemente un juego de
palabras que gustaba mucho a los antiguos.
Antiguo patriarca, el 10º desde Adán (Gn. 5:3-29;1 Cr. 1:1-4). Sus hijos
pertenecieron a la última generación del período antediluviano, y, por medio de
ellos, llegó a ser el padre de toda la raza humana que vivió y vive en la
tierra después del diluvio. Fue hijo de Lamec, de la descendencia de Set, y,
como su antepasado Enoc, fue un hombre que «caminó con Dios» (Gn. 6:9). Tenía
unos 480 años cuando el Señor le anunció el diluvio venidero (6:3; cf 7:6) y le
dio instrucciones de construir un barco en el que con su familia se pudiera
salvar (6:13-21). Unos pocos años más tarde le nacieron 3 hijos (5:32), que
con sus esposas fueron salvados en él (Gn. 7:7, 13;1 P. 3:20). Pero Noé hizo
más que sólo armar el arca para la salvación de su familia: fue «pregonero de
justicia» (2 P. 2:5). Debió advertir a sus conciudadanos de la catástrofe
pendiente, pero ninguno de los habitantes de esa perversa generación respondió
con fe (cf 1 P. 3:20). Cuando la nave estuvo terminada, Dios ordenó a Noé que
se embarcara en ella (Gn. 6:22,7:5). También entraron animales limpios e
inmundos por parejas (7:2-4, 8, 9, 14-16). El Señor mismo cerró la única
puerta (v 16). Siete días más tarde (v 10) comenzó el diluvio* que destruyó a
todos los seres humanos y a todos los animales que había sobre la tierra,
excepto los del arca. Esta flotó sobre las aguas del diluvio durante 5 meses,
y luego descansó «sobre los montes de Ararat» (Gn. 8:4). Luego de casi 2 1/2
meses más, las aguas habían bajado lo suficiente como para que se pudieran ver
las cumbres de las montañas (v 5). Más de un mes después, por medio de aves
exploradoras enviadas con intervalos de 7 días, Noé pudo descubrir cuándo la
tierra ya estaba lo suficientemente seca como para poder salir del arca. Sin
embargo, no salió de ella hasta que recibió la orden divina de hacerlo (vs
6-19). Una vez afuera, expresó su gratitud a Jehová por la salvación
construyendo un altar y ofreciendo sacrificios sobre él. Dios aceptó su
ofrenda e hizo un pacto con él (8:20-9:17).
Algún tiempo más tarde, Noé plantó una viña, la 1ª después del diluvio, y se
embriagó con su producto, un hecho que aparece en marcado contraste con su vida
ejemplar registrada en otras partes. Mientras estaba en ese estado de estupor,
se descubrió su desnudez, y Cam, el hijo menor (y probablemente también Canaán,
su hijo), viéndolo así mostró falta de respeto, aparentemente con la
publicación del hecho. Los otros 2 hijos cubrieron respetuosamente a su padre.
Por esta acción de Cam, Noé más tarde pronunció una maldición profética sobre
los descendientes de este hijo, por medio de Canaán, y una bendición para Jafet
y Sem (Gn. 9:20-27). Nada más se sabe de la vida del patriarca, excepto que
vivió otros 3 1/2 siglos después del diluvio, llegando a la edad de 950 años
(vs 28, 29). Ezequiel menciona a Noé con Job y Daniel como ejemplos de
justicia (Ez. 14:14, 20; véase la p 846 para un cuadro genealógico de los
descendientes de Noé y una distribución geográfica de sus hijos según Gn. 10 y
11). 846
CUADRO GENEALÓGICO DE LOS DESCENDIENTES DE NOÉ
Según Génesis 10 y 11.
Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: NOE
NOÉ según la Biblia: «descanso, tranquilidad».
Hijo de Lamec, descendiente de Set (Gn. 5:28-29). En base a las palabras de Lamec, el nombre de Noé significaba para él a la vez reposo y consolación: «Éste nos aliviará (y’nahamênû) de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo.»
«descanso, tranquilidad».
Hijo de Lamec, descendiente de Set (Gn. 5:28-29). En base a las palabras de Lamec, el nombre de Noé significaba para él a la vez reposo y consolación: «Éste nos aliviará (y’nahamênû) de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo.»
En efecto, en heb. es usual hacer juegos de palabras y de asonancias. No se nos dice nada más acerca de Noé hasta que llegó a los 500 años de edad, y que tuvo tres hijos, Sem, Cam y Jafet (Gn. 5:32).
(a) El pregonero de justicia.
Es así como Pedro designa a Noé (2 P. 2:5). Era justo, íntegro y caminaba con Dios, lo que le hacía estar en acusado contraste con su generación impía y corrompida (Gn. 6:9; cfr. 5-6, 11-13). Mientras duraba la paciencia de Dios (1 P. 3:20) Noé predicaba a sus contemporáneos de diversas maneras:
(A) Por el ejemplo de su vida limpia (cfr. Fil. 2:15);
(B) por su «predicación», por cuanto advirtió con toda claridad a los hombres de su generación,
(C) por la construcción del arca, poseído de un temor reverente creyó en la santidad ultrajada de Dios y en lo inminente del juicio que se avecinaba (He. 11:7). Tomándose seriamente la Palabra del Señor, se aferró al único medio de salvación para él y los suyos. Había en el arca lugar de sobra para muchas otras personas (si hubieran querido entrar), así como para los animales.
Fue así que «por esa fe condenó al mundo» demostrando que los impíos iban a morir, no por las aguas del Diluvio, sino por su indiferencia e incredulidad. En cuanto a Noé, vino a ser «heredero de la justicia que viene por la fe». En efecto, por íntegro que fuera no era sin pecado (Ro. 3:10, 23, 24) y fue literalmente salvado por la fe.
(b) Noé en el arca.
Para los detalles y las confirmaciones del relato del diluvio véase DILUVIO. Es impresionante el comportamiento de Noé durante este período prolongado en el que su paciencia y fe son puestas a prueba. Tenía 600 años cuando entró en el arca (Gn. 7:6).
Dejó abierta la puerta aún siete días y después el mismo Dios cerró la puerta tras él (Gn. 7:4, 7, 10, 16). No vemos en Noé ningún apresuramiento ni aturdimiento, él hizo «conforme a todo lo que Dios le mandó» (Gn. 6:22; 7:5, 9, 16) y su actitud expresa, lo mismo que su nombre, reposo y tranquilidad. Después de los largos meses del terrible cataclismo, Dios mostró que se acordaba de Noé (cfr. Gn. 8:1).
De una manera tranquila y metódica, Noé examinó una solución, dejando salir al cuervo y hasta tres veces la paloma, para verificar de una manera factual el estado de la tierra (Gn. 8:6-12); a continuación abrió la cubierta del arca (Gn. 8:13). Sólo salió de ella, no obstante, en obediencia a una orden determinada de Dios (ocho semanas más tarde, ni antes ni después) con todos los suyos, y con los animales que se habían salvado (Gn. 8:15-19).
(c) El pacto con Noé.
De inmediato, el patriarca erigió un altar, ofreciendo a Dios sacrificios. «Sin derramamiento de sangre no se hace remisión» (He. 9:22), y es sobre la base del sacrificio que Jehová establece un pacto con Noé y sus descendientes (Gn. 8:20; 9:9). Los puntos esenciales de este pacto son:
(A) Dios promete no volver a enviar jamás un diluvio de aguas sobre toda la tierra; los días, las estaciones y las cosechas durarán tanto tiempo como la tierra (Gn. 8:21-22; 9:11, 15). Sin embargo, un día los cielos y la tierra serán destruidos por fuego (2 P. 3:6-7, 10, 12).
(B) Como con Adán en el pasado (Gn. 1:28), Noé y sus hijos recibieron la orden de ser fecundos y de multiplicarse y llenar la tierra (Gn. 9:1, 7).
(C) Dios entregó en sus manos los animales, y les concedió su carne como alimento, en tanto que Adán, antes de la caída, era vegetariano (Gn. 9:2-3; 1:29).
(D) Se da la prohibición general de comer sangre (Gn. 9:4; cfr. Lv. 17:10-11).
(E) La vida humana queda protegida contra los animales y los mismos hombres (Gn. 9:5-6). Este texto instituye la pena de muerte por primera vez en el AT (cfr. Lv. 24:17, etc.; para el NT, cfr. Ro. 13:4).
(F) Se da el arco iris como señal de este pacto perpetuo (Gn. 9:12-17).
(d) La embriaguez de Noé.
Noé labró la tierra y plantó una viña, siendo sorprendido por el efecto embriagador del vino. Sem y Jafet se comportaron hacia su padre con respeto filial.
Pero Cam se comportó con una actitud indecorosa, que suscitó la cólera de Noé, y que atrajo sobre Canaán, hijo de Cam, una maldición profética (Gn. 9:20-27; cfr. Éx. 20:5-6). Para una consideración de esta maldición, y de por qué Noé maldijo a Canaán en lugar de a Cam.