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Significado Bíblico de ANCIANO

Significado Bíblico de ANCIANO

Significado de Anciano

Ver Concordancia

(heb. 5âqên, literalmente «barbudo»; gr. presbúteros).
En el AT la palabra designa a una persona de cierto nivel oficial o cargo entre sus
hermanos, como cabeza de fammilia, casa o tribu (Gn. 50:7; Ex. 3:16, 2 S. 5:3);
también describe a los miembros de una sociedad considerados sabios y venerables
en virtud de su edad y conocimientos (el vocablo no necesariamente implica mucha
edad, pero sí madurez y experiencia; 1 S. 24:13; Is. 3:2, 5; etc.).
Dios instruyó a Moisés para que eligiera 70 ancianos que le ayudasen en la gran
responsabilidad de gobernar Israel (Nm. 11:16, 17); fueron hombres preparados
especialmente por Dios para hacer esa obra (vs 24-26). Además, en caso de que
toda la nación pecara, los ancianos debían representarla en la expiación (Lv. 4:13-
15). Cada ciudad tenía su grupo, con ciertas responsabilidades civiles y religiosas
(Ex. 12:21; Dt. 19:11, 12; Rt. 4:2, 4, 9, 11; etc.), y, en ciertos casos, tenían que
responder por toda la ciudad (Dt. 21:1-9). Evidentemente los ancianos de otros
pueblos antiguos tenían responsabilidades semejantes a las de los ancianos de Israel
(Nm. 22:4; Jos. 9:3, 4, 11), pero éstos conservaron un lugar de importancia incluso
después que la nación era gobernada por reyes (1 R. 8:1; 20:7, 8; 2 Cr. 5:2), y
retuvieron esa posición por algún tiempo (Esd. 5:9; Ez. 8:1; Jl. 1:14; Mt. 26:47;
27:1; Mr. 8:31; Lc. 7:3; Hch. 4:8).
La palabra «ancianos» se aplica por 1ª vez a un miembro de la iglesia cristiana en
Hch. 11:30, donde se hace referencia a ciertos dirigentes de Judea. En Hch. 15:2, 4,
6 se menciona a los ancianos por separado de los apóstoles, y aparentemente había
más de uno en cada iglesia (14:23; Tit. 1:5). Si se comparan los vs 17 y 28 del cp
20, se verá que los términos presbúteros y epískopos -que generalmente se traduce
por «obispo», pero que literalmente significa «supervisor»-, se usan como sinónimos.
Es decir, los obispos y los ancianos debían tener las mismas cualidades (1 Ti. 3:2-7;
Tit. 1:5-9). Cuando Pedro escribió a las iglesias del Asia Menor (1 P. 1:1), amonestó
a los ancianos a cuidar de los que estaban bajo su supervisión, no por fuerza sino
voluntariamente; no cumplir su cargo por ganancia personal o con una actitud
dominante (5:1-4). Algunas de sus funciones eran: predicar y enseñar (1 Ti. 5:17),
pastorear (Hch. 20:28), administrar (Tit. 1:6-9), ungir a los enfermos y orar por ellos
(Stg. 5:14, 15).
Entre los símbolos del Apocalipsis aparecen 24 ancianos. Se los presenta sentados
sobre 24 tronos que rodean el trono de Dios, vestidos de ropas blancas y con coronas
de oro (Ap. 4:4). Se unen a los «cuatro seres vivientes» en alabanza y adoración a
Dios (vs 8-10; 11:16; 19:4). En otra ocasión se los presenta con incensarios de oro y
arpas, cantando un cántico nuevo (5:8, 9). La información bíblica es insuficiente para
identificarlos fehacientemente, en especial a la luz de evidencias textuales que indican
que se debe leer «los» en vez de «nos» en el v 10, y que hay dudas sobre el «nos» del
v 9 (CBA 7:783,784,789).
Véase Obispo.

Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: ANCIANO

ANCIANO según la Biblia: (a) Antiguo Testamento:
En el Antiguo Testamento, magistrado, a la vez civil y religioso, que, hasta allí donde podemos saber, era nombrado en virtud de su derecho de edad, a la cabeza de una casa patriarcal, de una familia de la tribu, o de la misma tribu (1 R. 8:1-3; Jue. 8:14,16).

(a) Antiguo Testamento:
En el Antiguo Testamento, magistrado, a la vez civil y religioso, que, hasta allí donde podemos saber, era nombrado en virtud de su derecho de edad, a la cabeza de una casa patriarcal, de una familia de la tribu, o de la misma tribu (1 R. 8:1-3; Jue. 8:14,16).

Al tener la posición de jefe de una tribu o de las familias más grandes, el anciano tenía la autoridad de príncipe. Ordinariamente, sólo los hombres de edad madura accedían a estas funciones.

Otros pueblos, como los madianitas y moabitas (Nm. 22:4, 7), organizados en tribus, tenían ancianos. Este título designa generalmente a altos funcionarios (Gn. 50:7) que: Gobernaban al pueblo (Dt. 27:1; Esd. 10:8); representaban a la nación en las transacciones que la concernían (Éx. 3:18; Jue. 11:5-11; 1 S. 8:4); cuando se tenía que honrar a un huésped (Éx. 18:12); celebrar una alianza (2 S. 5:3), o celebrar actos religiosos (Lv. 4:13-15; Jos. 7:6).

Un cuerpo de 70 ancianos ayudaba a Moisés a gobernar a los israelitas (Nm. 11:16-24). Cada ciudad tenía sus ancianos, que eran probablemente los cabezas de las familias de la localidad, y que ejercían la autoridad civil y religiosa (Dt. 19:12; 21:2; Rt. 4:2-11; 1 S. 11:3; Esd. 10:14).

Los ancianos seguían ejerciendo estas funciones en Judea durante la ocupación romana (Mt. 15:2; 21:23; 26:3, 47). (Véanse SINAGOGA y SANEDRÍN)

(b) Nuevo Testamento:
En el Nuevo Testamento los términos «anciano» y «epíscopos» (que significa supervisor u obispo) eran intercambiables (cp. Hch. 20:17, 28; Tit. 1:5, 7), pero no eran totalmente sinónimos.

El término de «anciano» (presbítero) denota la dignidad de su función, en tanto que «episcope» denota aquellos deberes que ejercía. La distinción que establece dos categorías de ministerio (la de anciano y la de obispo) data del siglo II.

En el año 44 d.C. encontramos ya ancianos en la iglesia en Jerusalén (Hch. 11:30). Durante su primer viaje misionero, Pablo nombró ancianos en cada iglesia (Hch. 14:23).

De hecho, los ancianos en las iglesias de la gentilidad, hasta allí donde nos lo muestra el NT, fueron siempre nombrados por la irremplazable autoridad apostólica, ya ejercida personalmente, o bien delegada expresamente en unas personas determinadas (cp. 1 Ti. 3:1-15; Tit. 1:5).

Las instrucciones para su establecimiento oficial nos vienen dadas en epístolas dirigidas a colaboradores apostólicos, en las llamadas Epístolas Pastorales.

También cumplían sus funciones en las comunidades de cristianos de origen judío (Stg. 5:14; 1 P. 5:1). Es evidente que la dignidad de anciano en la iglesia cristiana se correspondía con la de anciano entre los judíos.

Ambos cargos estaban revestidos de la misma autoridad. Los ancianos estaban asociados con los apóstoles en el gobierno de la Iglesia (Hch. 15:2, 4, 6, 22, 23; 16:4; cp. Hch. 21:18). Eran los obispos o supervisores de las iglesias locales (Hch. 20:17, 28; Tit. 1:5), y su función era ocuparse del estado espiritual de la congregación, ejerciendo la disciplina, enseñando (1 Ti. 3:5; 5:17; Tit. 1:9; Stg. 5:14; 1 P. 5:1-4; cp. He. 13:17). Había en la iglesia local varios obispos o supervisores (Fil. 1:1), llamados también ancianos (Hch. 11:30).

No se hace alusión alguna a una distinción de funciones entre ellos. Dentro de la iglesia cristiana de los tiempos apostólicos, como en la sinagoga, la predicación no era una función esencial de los ancianos; no les estaba reservada de una manera exclusiva.

Como pastores del rebaño, los ancianos debían instruir bien y ser aptos para enseñar (1 Ti. 3:2; Tit. 1:9). Pero toda persona que poseyera el don de profecía o de enseñanza tenía derecho a dar exhortaciones (1 Co. 12:28-30; 14:24, 31).

En relación con esto es importante señalar la distinción entre «don» y «cargo». El primero proviene directamente del Señor; el segundo, por el ejercicio de la autoridad humana.

El don no precisaba por ello de autoridad humana para ser ejercitado, y se ejercía en sujeción inmediata a la Cabeza. La autoridad de los ancianos, como cargos, derivaba de su establecimiento oficial por los apóstoles, y tenía su esfera en el seno de la asamblea local indivisa. Nada se dice en las Escrituras acerca de una sucesión.

(c) Los ancianos en el cielo:
Los veinticuatro ancianos vistos por Juan en el cielo son mencionados frecuentemente en Apocalipsis. Son vistos alrededor del trono, sentados en tronos, vestidos de blanco y con coronas de oro, adorando a Dios (Ap. 4:4, 10).

En el AT, cuando todo estaba en orden había veinticuatro grupos sacerdotales, teniendo cada uno de estos grupos a un anciano como cabeza o jefe (1 Cr. 24:7-18); puede que el número veinticuatro para los ancianos en Apocalipsis sea una alusión a estas veinticuatro suertes de sacerdocio.

Los ancianos en el cielo tienen arpas de oro llenas de perfume «que son las oraciones de los santos», evidenciando que actúan como sacerdotes (Ap. 5:8), celebrando la redención en un cántico (Ap. 5:9).

Se trata indudablemente de la Iglesia vista ya en el cielo en su carácter de «real sacerdocio» (cp. 1 P. 2:9). (Véanse OBISPO y PASTOR)

Un título de Dios utilizado por Daniel, aludiendo a Su eternidad. No puede ser separado de Cristo, porque en Dn.

7 el Señor recibe los dos nombres, el de Anciano de Días y de Hijo del hombre, y sin embargo el Hijo del hombre comparece ante el Anciano de Días para recibir el dominio, la gloria y el reino (Dn. 7:9, 13, 22). Es a la vez Dios y hombre (cp. Ap. 1 y Ap. 5).

Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: ANCIANO